Siempre a
través de mis escritos he intentado ponerme en la piel de muchos y la verdad
tengo que reconocer no me ha sido difícil pues con las connotaciones especiales
de cada uno pienso que todos estamos en este mismo barco que son los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad de Estado en el que cada uno ocupa el camarote que la
misma vida le ha asignado.
Cada día que
he abierto esta mi ventana lo he hecho con el único objetivo de honrar,
defender, homenajear a tantos y tantos que dan sus vidas por todos nosotros,
sus familias, amigos y cuantos estamos orgullosos de ellos. En esta sociedad
tan rácana para dar un simple gracias a ese Guardia Civil que nos da paso o a
ese Policía que vigila para que no pase nada y nos atiende con total
amabilidad.
En cambio
agradecemos y de qué manera a cualquier mindundi del artisteo barato que últimamente
sobresale o ese astro del balón que gana astronómicas cifras por jugar al
fútbol en el club correspondiente.
Nos gusta
salir en una fotografía con ese político de turno para después por ambas partes
en cuanto nos demos la vuelta si te he visto no me acuerdo.
Damos las gracias
a todo bicho viviente menos a los que nunca se la damos y pienso que lo
necesitan pues se están dejando su vida y la de los suyos por todos y cada uno
de nosotros.
Objetivamente
estamos moralmente obligados a dar las gracias a los servidores de España
porque su trabajo y vocación es simplemente que nosotros vivamos en Paz.
Yo no puedo
ser objetivo y tampoco imparcial pues soy hijo del Cuerpo Nacional de Policía
que os puedo decir que es mi mayor orgullo y honra.
Mi padre fue
un Policía ejemplar que murió demasiado joven por culpa de una rápida
enfermedad. Mis hermanos sí pudieron vivir en primera mano su labor, su
dedicación, sus vivencias en torno al Cuerpo. A mí me cogió demasiado joven,
demasiado niño, aunque tengo grabada a fuego esa imagen suya saliendo a primera
hora la mañana de nuestra casa que estaba al ladito de la Iglesia del Carmen en
San Fernando para dirigirse a su destino en la Comisaría Provincial de Cádiz.
Lo recuerdo siempre con su abrigo.
Recuerdo a
los amigos de mi padre, también policías, que nunca nos abandonaron después de
su muerte y las reuniones que hacíamos en el campo con sus familias que eran un
poco las nuestras.
Recuerdo su
placa en la mesa de su despacho en casa y el lugar cerrado con llave donde
decían mis hermanos que estaba la pistola.
Fundas vi
muchas, placas según cambiaban los tiempos, algún que otro carnet según iba
ascendiendo o se hacía mayor aunque para mí, para los ojos de ese eterno niño,
siempre fuese joven.
Por eso
cuando un amigo mío hace más de 20 años me enseñó su placa de policía recién
estrenada y me preguntó si me impresionaba le dije que no porque estaba
acostumbrado desde antes incluso a nacer a verlas en mi vida pues mi casa fue
la casa de un Policía. ¿Se puede tener más orgullo?
Con el
tiempo que pasa demasiado deprisa se fueron muriendo los amigos de mi padre y
casi todo ese vestigio iba pasando que nunca olvidándose. Estuve un tiempo
donde mi conexión con la Policía fue escasa a pesar de mi condición de hijo
aunque esta se relanzó y afianzó gracias a la Asociación de Distinciones de
Mérito “Santos Ángeles Custodios” ya que gracias a este nexo de unión he podido
a sentirme en Familia, conocer y contactar con muchos, buenos y queridos amigos
Policías donde me encuentro tan a gusto y sobre todo tan Feliz.
Es como
continuar ese eslabón que dejó hace 40 años mi padre, es como darle las GRACIAS
a mi manera porque fue un buen Policía, un gran servidor de España, un padre
extraordinario aunque a mí no me diera tiempo casi a conocerlo pues murió
demasiado joven siendo yo tan niño…
Por eso cada
viernes abro mi ventana, por eso escribo ya sea un artículo, un relato o esta
carta a corazón abierto porque es mi forma de daros las GRACIAS, de deciros que
os admiro, os respeto y también que os quiero como solo lo puede hacer el HIJO
DE UN POLICÍA.
Recibid
todos un abrazo lleno de emoción,
Jesús
Rodríguez Arias
Me gusta, Muy bonito.
ResponderEliminarAdmirable. Te honra a ti y a la memoria de tu padre. Que orgulloso se tiene que sentir.
ResponderEliminarAdmirable y conmovedor. Te honra a ti y a la memoria de tu padre. Que orgulloso se sentiría si lo pudiera leer. Un abrazo.
ResponderEliminarComparto contigo los mismos sentimientos, yo tambien soy hijo de Policía y socio de Los Santos Angeles Custodios y mi hija quiere seguir los pasos de su abuelo. Un abrazo
ResponderEliminarSin palabras orgulloso estara de ti alli donde este yo tb soy hijo de Policia Nacional
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