Pienso, porque es bueno de vez en cuando el
hacerlo, que esta semana no le voy a dedicar de forma expresa el artículo a
esta panda de mamarrachos ropasueltas, de los detritos que están esparciendo
por nuestra bendita España, de sus iras propias y que bien se encargan de hacer
que sean ajenas.
No, hoy no voy a escribir si Julito ha perdido el
avión o Pablo ha ordenado, mediante besito en la boca, el cargarse a los que
como él no opinen con mucho amor. Si Echenique es el nuevo motor ropasuelta o
la Yaya Carmena necesita pañales para limpiar el oso y el madroño que después
de tanto orgullo dicen que huele raro...
Hoy, voy a escribir de un elemento ropasuelta que
se quedó en el tintero del teclado cuando hace más de un año escribía o
describía este nuevo concepto social y que algunos hicieron suyo y ahora ponen
kilómetros de distancia abominando de todo lo que dije digo y digo Diego, digo
yo.
LA MOCHILA DEL ROPASUELTA
Si os fijáis todas son negras, no sé si de la
misma marca aunque si del mismo estilo. La usa desde el líder hasta el último
del último del círculo. Me imagino que las habrá más cara o baratas aunque eso
no importa porque al final siempre la pagamos los que pagamos todo en España:
¡¡Nosotros!!
Una buena mochila de todo ropasuelta tiene que
ajustarse bien a la espalda y sobre todo a la zona de las sobaqueras.
Una mochila de este prototipo humano si no huele a
sudor es que es de la casta.
La usa desde Pablo, Er rejón, Bescansa, Echenique,
Colau, Kichi, la Yaya Carmena.
Tere de Kichi, líder ropasuelta de Andalucía
también la porta con arte y alegría. Es
muy bien llevada por Cañamero y también por el eterno candidato que de nuevo
perdió el avión y también el escaño. Me imagino que también la usará con garbo
el nuevo “Miguel Hernández” ropasuelta que como todos sabemos se llama Bódalo.
¿Qué llevan los ropasueltas en la mochila que da
la sensación de que no pesa?
El móvil con su correspondiente cargador, algún
bolígrafo, un pen, papeles arrugados con el argumentario ropasuelta: "Echenique
dixit", un bocata de chope pó y una lata de cerveza.
Se desconoce si llevan artículos de higiene
personal pero seguro que no papel higiénico pues eso es cosa de ricos según
dice con madurez Maduro. Ya os digo yo que desodorante no que contamina.
Negra mochila negra,
de tela y sobada,
negra oculta la mierda,
no el olor a sobacada.
Todas del mismo tamaño,
todas de la misma textura,
todas del círculo morado,
y todas, todas ocultan.
El desodorante no se lleva,
agrede el medio ambiente,
y eso a los “ecologetas”,
les puedes, bien que les puede.
Olor que se retroalimenta,
se evapora en el vacío,
no hay mayor pestazo,
que el del sieso de un tío.
Negra mochila, negra,
de morado rojerío,
los que tiran las piedras,
y lloran esmorecíos.
Por favor si queremos ser unos ropasueltas como
quién sea manda, que para eso hay que ser laicistas, no nos puede faltar los
siguientes elementos imprescindibles: Camiseta sudada, pantaloncito corto con
muchos bolsillos algo caídos de culo, chanclas con sudor de años, pelo engominado
en las sienes a causa de la pringue de tiempo, barba de varios días, axilas
peludas, móvil última generación en la mano haciéndose “afotos” a sus caretos
por doquier y... ¡¡La mochila negra!!
Si se va de etiqueta puede variar en camista
blanca de lino o algodón, pantaloncito vaquero y bambas aunque algunos se ponga
arrugada chaqueta por eso del protocolo.
El Adrián, concejal gaditano, se ha saltado todas
las normas al asistir a la recepción ofrecida por el Consulado de Argentina
pues ha utlizado con elegancia y soltura un traje-chaqueta que no hace si no
mostrar del abolengo de su prestigiosa familia aunque en el día a día vaya
después disfrazado de ropasuelta.
Para terminar este especial dedicado a las
mochilas os dejo con unos versos del nuevo “Miguel Hernández” que desde
presidio nos hace llegar sus negros sentimientos.
Estoy loco por salir,
por salir estoy loco,
me quiero ir de aquí,
aunque me trague los mocos.
Soy pacífico, de verdad,
se acabaron los guantazos,
como Otegui soy de paz,
y también de Juana Chaos.
Quiero vivir en Venezuela,
donde todo es libertad,
vivir en la decencia,
con Maduro y los demás.
Julito sácame general,
Echenique no me olvides tío,
Tere, que no puedo más,
que me encuentro muy joío.
Y para terminar quiero dedicar mis últimas
palabras al libro que le regalo el líder ropasuelta el presidente Obama y que
este olvidó en España.
Regalo fui de Pablo,
Obama me dejó en un banco,
a América no viajo,
soy olvido de los olvidados.
Dedicatoria infame,
con faltas de ortografía,
no hay quien me salve,
maldita suerte la mía.
Bueno, ahora cojamos nuestra mochila y con puño en
alto, con lo que cansa eso, nos despedimos de los ropasueltas hasta la semana
próxima.
Jesús Rodríguez Arias
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