Don Críspulo Abraza-Pelotas
era un ínclito que le hacía honor al apellido pues unos días se levantaba
abrazado a sí mismo y otros días ejercía como pelota de todo aquél le pueda
conseguir un lugar de honor en el olimpo de los lelos augustos, que de todo hay
en la viña seca…
Don Críspulo venía de una
familia bien aunque nada se sabía de ella aunque todos dicen que su padre, que
era muy prosálido, era ahorrador de monedillas en las huchas ajenas.
Él se educó solo y así ha
salido la criatura…
De niño ejerció de repelente y
de mayor más. Sacó las mejores notas en las peores asignaturas debido sobre
todo a que se convertía en el pelota oficial del de turno al que alababa cada
vez a cada cual.
Se licenció pronto porque se
libró por inútil del servicio obligatorio cosa que celebró con desmesura pero
como siempre mira sus intereses en los ajenos para llegar más alto es los
escalafones sociales donde merodean desmedidos los egos ingresó como
polichinela con uniforme y todo. No era raro asistir a un seminario sobre
inteligencia y estrategia para coger el primer “canapies” que salga de cuisine
del restorán francés que lleva un sospechoso pakistaní con su engalanado
uniforme de polichinela mayor con mando en Tasa.
Estudió, sin laudes, Alta
Demagogia doctorándose al tiempo con un brillante trabajo, plagiado de un tal
Sánchez, cuyo título es: “Genealogía del demagogo según yo y mi ego”. Larvas de
emoción en la cara de los medidos miembros del tribunal que lo condenaron a
pagar las costas del coste del ágape a cambio de firmarle el papel sin acuse de
recibo…
Críspulo aunque quiso entrar a
impartir su magistral magisterio en cualquier universidad de postín no pudo
hacerlo pues debía todavía la renta del mes anterior. Menos mal que tanta
sapiencia no podía mantenerse oculto y lo contrataron en una institución sobre
el noble oficio de palanganero de lupanar.
Con los honorarios que recibía
a modo de estipendios pudo matricularse en las clases que impartía el doctor
Ciruelo sobre Geología y Genealogía de los Geólogos sin elegías a los enólogos.
Gracias a ese máster que le
costó un año de estudio y manejo del buen palanguero de lupanar con clases
prácticas en Ches Madama Potorro se pudo dedicar a lo que en verdad siempre le
ha gustado: El estudio de la lombriz parda después de salir del mojón.
Y precisamente fue el mojón lo
que le daría la gloria hasta instalarse en el atrio de los sabijondos pues con
su libro: Genealogía de las heces de colores tocó la gloria de todos los
intelectos que lo elevaron a la categoría de la ilustre academia del orín en su
apartado heces y derivados. Ocupó el sillón caca cuyo tapizado estaba hecho una
mierda.
Hoy el ilustre doctor
brasileño Fuchinga Em Micción preside el acto de su ingreso en tan augusto
sitio, lo hará con el brillante discurso: “La mierda no es un color”. Será
contestado por su eminencia el doctor Don Peho Sonhoro y se espera lleno
absoluto en los cuartos de baño tengan o no palanganas…
En cuanto aparecen tanto
ilustrados de mierda los flashes de las cámaras de todos los medios que
trabajan “Egos de Sociedad” se funden de la intensidad emocional que existe en
esos momentos.
Críspulo entra flanqueado por
los ilustres Don Fuchinga y Don Peho que van debidamente vestidos para la gala
con sus medallas pegadas al omoplato mientras el recipendiario lo hace
engalanado de polichinela mayor con mando en tazas. Todos aplauden con grandes
y sonoros efluvios nasales.
Por fin Críspulo
Abraza-Pelotas, Polichinela Mayor con mando en Tazas, Licenciado en Alta
Demagogia, Doctorado en Genealogía del Demagogo y especializado en la
Genealogía de la heces de colores siendo también un experto instructor de
palanganeros del lupanar había tocado la gloria con su ingreso la Olorosa
Academia del Orín Seco en su apartado de Heces y Variados.
Ya puede decir con orgullo y
verdad que su vida es una auténtica MIERDA y lo mejor es que nos ha salido en
“Egos de Sociedad”.
Y es que todos no podemos ser
como Críspulo…
Jesús Rodríguez Arias
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