Crescencio de mayor fue mayor
pero mantuvo la mente de un niño pues de siempre vivía de ilusiones. De familia
normal y corriente nuestro personaje nació con una dotes que todavía, con el
pasar de los años, están por concretar.
Crescencio no perdonaba que su
familia fuese tan corriente cuando él de siempre ha creído que es un ser
excepcional. Estudiante normalito, tirando a corriente, empezó a trabajar en el
difícil mundo de la restauración de corvas a domicilio y fue echado porque era
demasiado corriente en el trato con las larvas. Después desarrolló su profesión
en un despacho de venta de ciruelas pero su poco ímpetu hacía que se volvieran
pasas. Otro despido más que le dejó a cero la cuenta demasiado “corriente”.
Crescencio siempre superó los
trances y esta vez, la que sería la apuesta de su vida, montó un negocio
personal como carpintero de mesas pobres que cortaba virtuosamente a segueta.
Su volumen de negocio iba aumentando y ya tenía tres mesas para el próximo
quinquenio…
Casóse mayorcito y tuvo como
familia a cinco vástagos de otro que según decía su esposa en tono vociferante
que menos mal que no han salido a él…
Crescencio siempre fue un
erudito pues había leído dos libros del Coyote y le gustaba conversar en
tertulias de larga duración sobre la implicación del Coyote en la Guerra de la
Independencia. Tiene varios estudios no contrastados de que el Coyote luchó
contra Napoleón en las Perseidas..
Cómo Premium a tan prolija
sapiencia está ahora sacándose el bachiller superior.
Persona muy inquieta en lo que
se refiere a la cultura y también a su implicación personal al desarrollo
integral de su ciudad y su país por lo que desarrolló una basta carrera
política en el partido “Soy un Lila” pues de siempre había sido muy
sociademócrata.
Ateo de creencias religiosas
pero creyente si había algún interés por medio. No era anormal ver su
desgarbada figura asesorar a los máximos dirigentes, otroras representantes del
proletariado, sobre como llevar a cabo el programa escrito de su pluma y letra.
Cómo decía a modo de chanzas: “Este ideario huele a segueta”.
Bastante reservado para lo
suyo… ¿Qué es lo suyo? ¡Pues vaya usted a saber!
Contrario a toda fiesta,
jolgorio o divertimento pues su carácter taciturno le hacía distanciarse de las
risas y el cachondeo. En cambio es el mejor para los entierros y derivados.
Eso sí, cuando empiezan los chistes “tanatoriales” se levanta, compungido por
el dolor del sacro, y se marcha con sumo dolo.
Su implicación política hizo
que fuese en la lista al Parlamento Europeo con la esperanza de sentar sus
posaderas en el suculento escaño pero consiguió menos votos que el partido
europeísta de la morsa marítima de Australia. Eso no fue óbice para que lo
volviera a intentar en su localidad natal donde montó la plataforma: El Lila no
tiene color y que tampoco tuvo votos suficientes ni para pagar al que pega los
carteles en las señales semafóricas esas...
El partido lila compuesto por
tantos lelos desapareció del mapa influido sobre todo por la escasez de
ingresos. La última sede que se conoce está en dirección desconocida.
Crescencio, que siempre fue
socialdemócrata, más lila que rojo, fue un enemigo acérrimo de la derecha
liberal que esclavizaba al pueblo. Todavía se tiene en la memoria esa
intervención que tuvo en la aceitera en la que decía que siempre se mantendría
fiel a sus ideas progresistas y de izquierdas, que siempre defendería al
proletariado, que siempre sería tanto ecologista como ecolojeta, que cuando no
tuviera el puño en alto estará dándole a la segueta… Y los que allí estaban
aplaudieron emocionados mientras una nube de flashes fotografiaban el momento
para la memoria. A esta intervención que él contaba con emociones varias se le
ha llamado “La Declaración entre Olivares” pues estaban rodeados de olivos que
surtían a la aceitera y su público, aparte de su esposa e hijos de otro que se
fueron a dar un paseo, era una excursión de coreanos muy entendidos al parecer
en el Coyote y en politología de la buena.
Tras su paso por la política
fue nombrado unánimemente por él mismo Presidente de la Tertulia sin
tertulianos que tenía más de 300 años aunque pareciera que no sobrepasaba los
200. Esta insigne institución que mantenía una profusa actividad pues todas las
tardes sus afamados socios se reunían para dormitar la siesta mientras unos
abejorros se posaban en los mostachones de Utrera que estaban dispuestos en las
mesitas bajas de caobilla con mármol y que se veía a la legua que no estaban
realizadas a segueta para mayor desgracia del novísimo presidente.
Crescencio en una junta
directiva a la que pertenecía Don Sixto y Don Damián en calidad de usureros y
Don Cosme, que era sordo de los dos oídos, asistía en calidad de oyente, dijo
que tenía preparado un plan de rejuvenecimiento de esta prestigiosa tertulia donde
entrarían como socios tres jóvenes eruditos que habían estudiado la misma
materia y que serían tratadas de forma distinta: ¡El pájaro carpintero! La
verdad es que todos se alegraron pues pensaban que iban a propinarles otro
tostonazo en torno al Coyote pero no, se ha ido por la ornitología.
En la tertulia de ingreso se
debatirá el por qué los pájaros carpinteros no usan la segueta en vez del pico.
Lo patrocina “La irrompible” que es la mejor hoja de la segueta y que es una de
las más usadas por Crescencio en sus trabajos de carpintería.
También se decidió el ingreso
de Doña Marsupial de Ojerizas, Archiduquesa de Los Melindres y esposa de Don
Damián que puso muy mala cara por el hermoso gesto, que nos hablará de “Las
labores del cuerpo de casa según Tecla la Gobernanta”. Ha prometido traer
pastan de serrín con fino tinto.
Esta noticia ya ha empezado a
inquietar a los augustos socios y eméritos tertulianos pues entre que van a
entrar los jovenzuelos de menos de 65 años y sobre todo las esposas de cada
cual aquí ni comer ni dormitar…
Por último, la semana cultural
terminará con una ilustrada charleta titulada: El Coyote y su influencia en el
dominio napoleónico cuyo orador único será el Tertuliano-Presidente Don
Crescencio de Segueta Partida y Muchos Cuentos. Se había cambiado los apellidos
pero allí nadie lo conocía o eso se creía él…
Subida de cuota un 400%,
terminantemente prohibido fumar entre horas, dormir la siesta en horario de
siesta, sustituir los mostachones por galletitas de fibra con la que dicen se
regula el tránsito intestinal y que es cosa muy ordinaria fueron las causas de
que en menos que canta una libélula se dieran de baja el grueso de los socios y
los demás después quedando tan solo en nómina el bueno de Crescencio y Don
Cosme que no se había enterado de nada. Esta hecatombe fue de tal magnitud que
las autoridades tomaron carta en el asunto y cerraron la Tertulia porque de
tanto tránsito intestinal habían atascado las redes de alcantarillado.
Crescencio, que se negaba
abandonar su cargo de Tertuliano-Presidente de una Tertulia inexistente tenía
en sus venas la vocación política y sabía que si era interesante alguno se
podía fijar en él para ofrecerle el oro que no el loro…
El noticiario provincial le
llamó la atención porque querían preguntarle el por qué de la desaparición de una
Tertulia tan vieja como aquella. Él le contesto con ojos tristes y mirada
apabullada: La Tertulia ha muerto de éxito y la han matado todos los que están
incardinados en la derecha arcaica de este país retrógrado como don Mariano que
lo he llamado en varias ocasiones y ni se sabe porque no contesta. ¡Con líderes
así “paga y vámonos”.
Crescencio que siempre fue muy
lince, también en peligro de extinción, creía que esta declaración de guerra
contra el partido popular iba hacer que los socialistas de Pablo Sánchez le
dieran acomodo en alguna lista en la que cupiera un tonto...
La oferta no llegaba y pensó
que estudiaría un máster de esos en una universidad asequible pues él no
disponía de mucho erario con su trabajo de carpintería a segueta. Lo hizo
online y el título del mismo era ya suficientemente atractivo para abrir
soportales del poder: ¿Quién murió en Santa Elena? ¿Napoleón o El Coyote? Con
este estudio monográfico seguro me abren las puertas las mejores universidades
para enseñar historia de la buena...
Pero la vida ilustrada e
ilustrativa de Crescencio, con sólidos pilares que nadie sabe cuales son, tuvo
un antes y un después cuando un día de golpe y porrazo tuvo un mariano fogonazo
y donde dije, digo, digo, Diego… se hizo más popular que Manuel Fraga y se
conoce de corrido todos los ministros de Don Mariano, los de Aznar no que fue
muy malo según les han dicho los sorayos que son esos que han mamado de todas
las tetas pero con ninguna se quedan. Los sorayos en verdad tienen la misma
línea ideológica de Crescencio pues todos han evolucionado aunque se desconoce
que camino al final han cogido.
Ahora dicen que quiere ir a
ver al nuevo presidente popular al cual no conoce mucho porque quiere hablarle
sobre la idea de proyectar una idea programática en la cual se desarrolle la
importancia que tuvo El Coyote en la Constitución Española de 1978 y su
influencia en la navegación marítima en la costa de Galapagar. Todavía espera
fecha para ser recibido mientras ha sido designado representante de su nuevo
partido en su lugar de resiliencia donde según dice que figura como cabeza del
pastel. Ha prometido que si sale elegido acabará con el folclore, que tanto
daño hace, y todos podrán estudiar gratuitamente la historia del Coyote…
¡Qué forma de hacer el lila!
Verdaderamente estas historias
emocionan tanto que leerlas y comparar con lo que nos rodea nos hace pensar que
la fábula e inventiva puede ser producto de la misma realidad porque...¿ A
cuantos Crescencios no conocemos?
Jesús Rodríguez Arias
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