Los titulares de según que
periódicos, los periodistas de según qué cadenas o línea editorial destacan
aquello que desean consiguiendo el efecto rebote que la fuerza de un epígrafe
tiene.
Todos escuchamos las noticias,
todos estamos informados, pero cada vez hay menos personas que se interesen por
leer o escuchar la noticia en cuestión y si no le convence contrastarla. Nos
quedamos en los titulares y así nos luce el pelo.
Este jueves he leído en algún
medio escrito este titular: “La Guardia Civil desarticula el 1-O”. “La Guardia
Civil desactiva el referéndum ilegal con la detención de 14 de sus
organizadores”. “Requisan diez millones de papeletas”....
Y hasta el nefasto presidente
de la Generalidad Catalana, Don Carlos Puigdemont, se atreve realizar unas
aseveraciones vergonzantes como todo lo que hace tanto él como sus “amigos”
independentistas.
Fotos de los miembros de
nuestra gloriosa Guardia Civil cumpliendo con su obligación mientras una manada
vociferante los insultan, agreden verbalmente, acorralan, con la furia propia
los que viven en su propia ignorancia y la pasividad de otros que se les
tendría que caer la cara de vergüenza si la tuvieran, claro está.
A mí, la verdad es que me
gustaría ver a estos “radicales libres” si en verdad se encontraran con la
independencia, si votásemos todos los españoles como tendría que ser un
referéndum de esta categoría a lo mejor se encontraban con la sorpresa de que
lo expulsáramos de España y se fueran al mismisimo "carall" pero eso no va a
ocurrir porque en contra de lo que piensa los de las esteladas hay más
catalanes que se sienten españoles que a la inversa. Lo sé y además me consta.
Pues los “radicales libres” se
encontraría con una república catalana arruinada donde los ciudadanos de a pie
vivirían peor, más pobres y además desahuciados de todos los organismos
internacionales.
“Molta pobresa” y no por culpa
del “Estat espanyol” sino por ellos mismos que son unos lerdos en grado sumo.
El cóctell no puede ser más
explosivo: Están los de Don Carlos que no pueden Más, los de Don Oriol que ya
si que no le salen las cuentas, los de la CUP que son unos casposos, los
mareados de las diversas mareas que hoy dicen si, no o lo que sea según los
vaivenes propios del oleaje. Los partidos constitucionalistas manteniendo el
tipo, una parte de la masa vociferante ensuciando las calles mientras otra
inmensa mayoría ve todo con estupefacción y si levantan la voz son señalados
mediante campañas de acoso y derribo al estilo de las famosas dianas que se
veían hasta hace no muy poco en los pueblos y ciudades vascas y que formaba
parte de las amenazas que un día si y otro también realizaban los asquerosos
asesinos entre los que siempre se ha encontrado tan a gusto Otegui que ahora es
referente de estos “libres y radicales” a los que la Guardia Civil ha
desarticulado porque según ellos estamos en un “estado de excepción”. ¡Menudos
lelos llenos de maldad!
Y mientras nuestra querida
Benemérita junto al Cuerpo Nacional de Policía recibiendo esas miradas de odio,
esos insultos, ese desprecio de quienes seguro alguna vez en la vida se han
encontrado con algún ángel de verde o de azul y les han ayudado de salir de
algún atolladero. El fanatismo tiene esas cosas, que hace olvidar todo lo bueno
que te han podido dar pues solo ves, como los burros, por donde quieres que
veas.
No, no tiene que ser fácil
para los miembros de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas, el
ejercer sus funciones, el llevar sus honrosos y honrados uniformes, el vivir y
convivir en la Cataluña actual donde el odio se puede cortar y el aire es
tóxico y cancerígeno.
Nunca lo ha sido pues esta
semilla hace mucho que la estaban sembrando y abonando, nunca lo ha sido pues
estos que “mandan” en Cataluña han hecho ver que una región puede ser un “país”
a base de echar estiércol por todos los lados.
Para estos “radicales libres”,
que pueden ser personas normales y corrientes si no se les ve en plena
actuación, todos los que no hemos nacido en Cataluña tenemos el apelativo
desdeñoso y despectivos de “charnegos”.
Yo soy para ellos un
“charnego” y ellos para mí unas auténticas “merdes”. ¡Estamos empatados!
Sé, porque lo conozco porque
así me lo han contado, de lo irrespirable que ha sido y tiene que seguir siendo
el ser mujer, hijos, familia de un Guardia Civil destinado en un pueblo de
Cataluña. Sé, porque así me lo han relatado, del desprecio más absoluto que
muchos de los habitantes de estas localidades han mantenido con ellos.
“¡Mira, ahí viene la
charnega!” mientras acto seguido volvían las caras con desprecio absoluto
cuando la mujer de un guardia civil pasaba por el lado de dos señoras,
catalanas de "pura cepa", en la plaza de ese pueblo donde está radicado una Casa
Cuartel.
Eso fue hace veinte años, ya
entonces muchos se preocupaban de que la semilla del odio quedaba abonada en
cada uno de los que se creían que ellos no eran de aquí como diría el famoso
“risitas” que también sería para ellos un “charnego”.
Vergonzoso fue el excluir a la
Guardia Civil y la Policía Nacional del agradecimiento oficial a modo de
condecoraciones cuando el triste atentado, que no atropello, de Barcelona a
manos de los yihadistas que hicieron los mandatarios catalanes.
Y no olvidemos que se atentó
contra toda España, contra Europa, contra el mundo en suelo barcelonés que
siempre ha sido una urbe cosmopolita donde han cabido todos y con todos han ido
avanzando en esta sociedad multicultural y globalizada que tenemos en todo el
orbe mundial.
Pero claro, el Gobierno, si tiene que actuar en Cataluña porque los gobernantes y los “radicales
libres” que ellos tan bien manejan se han pasado por el "cul" todas las leyes, la
Constitución y al resto de esta gran Nación llamada España, hacen uso de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que están al servicio de nuestra
Patria estén donde estén. Por tanto no tiene que ser anormal el ver a la
Guardia Civil o al Cuerpo Nacional de Policía ejecutar las órdenes para
restablecer las normas de lo que es un estado democrático y de derecho como es
esta gloriosa Nación y no olvidemos que Cataluña, por más que unos indeseables piensen lo
contrario, es España y lo mejor es que lo seguirá siendo.
La verdad es que pensaba
escribir otro artículo más bonito, más suave, de esos que gustan a tantos
porque les toca directamente el corazón pero la actualidad manda y he tenido
que decantarme por este más correoso para estrenar de nuevo mi tribuna de todos
los viernes que solo tienen por misión el defender y apoyar a los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado así como todos aquellos que sirven a diario con
su vida a España.
Hoy vuelvo de nuevo a abrir mi
ventana para hablar de Cataluña que es lo mismo que decir de España y así de
este modo dar las GRACIAS a la Guardia Civil, al Cuerpo Nacional de Policía, a
tantos y tantos que hacen que nuestras vidas sean más seguras y podamos vivir
en paz.
Mi Apoyo más decidido a todos
ellos, a la Guardia Civil y Policía Nacional que tan malos momentos seguro
están viviendo en esta enardecida y radicalizada Cataluña.
¡Estamos muy orgullosos de
vosotros! Y porque YO TAMBIÉN SOY
GUARDIA CIVIL EN CATALUÑA escribo estas palabras salidas desde mi humilde corazón de patriota.
Hoy más que nunca quiero
gritar al viento:
¡Viva la Policía Nacional!
¡Viva nuestras Fuerzas
Armadas!
¡Viva la Guardia Civil!
¡Viva el Rey!
¡Viva siempre España!
Jesús Rodríguez Arias
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