El director del Balnerario
“Charca dorada” estaba sentando en su flamante despacho admirando el último
cuadro del carísimo pintor Lagartija Pietro que en verdad eran tres manchas y
además difusas pero que decían más de lo que daba a entender…
Esperaba a una paciente que
llegó con un severo ataque de lodo intravenoso después de intentar acabar con
su vida tras pasar una mala racha al verse abandonada por todos.
Una gran clienta como es
Ferlosia Piedra Viva – Higogrande de la Joyosa la llevó y le pagó todo el
tiempo que ha estado que en verdad ha sido todo. Hoy se puede decir que la
hemos recuperado, que ya no tristea sus tristezas, que ya no tiene recuerdos de
antaño, hasta ha recuperado su grácil melena y sus animadas mañas.
Toc, toc.
Pase…
Entró la enfermera Cloti
Libélula que con su fina voz que espetó: “La siguiente majara está aquí”.
Por favor Cloti… ¡No le digas
majaras a las pacientes!
“Es que lo son dortor”…
Ay, ¿qué voy hacer contigo
pequeña Libélula?
Ella le contestó: “Pues lo
mismo que anoche”… Y se terminó el circunloquio entre amantes, perdón doctor y
jefa de consultas.
Apareció con ojos gráciles,
había recuperado su esbeltez, su pelo tenía vida, su mirada tenía vida, su
sonrisa tenía vida, su cola, no la del dortor, tenía vida pues toda ella tenía
vida…
¡Qué me alegro verla así Doña
Ardillona!
Lo mismo digo Don Celso
Quemasangre.
La veo perfectamente
recuperada pues ya duerme bien, come bien, se relaciona bien, se ríe mucho,
hace bromas, es buena compañera… Ya incluso tiene ganas de yacer pues la han
visto salir de casa de Don Cerulio Lombriz tapándose disimuladamente la raja.
Es decir ya está curada de sus males, ya puede abandonar este lugar porque
entre otras cosas se ha acabado los millones que dispuso para su curación Doña
Ferlosia.
Ardillona lo miró con gratitud
y le dijo casi sin voz… ¿Se acuerda cuando pacimos los dos en el mismo colchón?
Sí, por supuesto…
¿Eso era algún método invasivo
para la curación?
No, querida Ardillona, eso fue
pura copulación… ¿Te gustó querida? Todas dicen que tengo muy versátil el
fonendo.
Estuvo bien, dortor, pero
nunca, he de decirlo como me palpita el bajovientre, que nunca como mi policía
montada del Canadá que ahora es pinturero Sheriff…
Don Celso se quedó mudo y vio
una severa regresión en Doña Ardillona pero como ya se había acabado los
dineros pues a la calle por putona…
En la puerta del Sanatorio y
lujoso Balneario estaba Rufián Mofeta que era el chófer de Doña Ferlosia y que
la trataba muy bien cuando él se la metía a la
primera cuando visitaban su fonda.
Rufián Mofeta era un
anarquista declarado y separatista pues luchaba con las ingles y los dientes
para que el territorio que separa la Charca Dorada de la Pestilente sea
declarado paraíso fiscal anexionado a la república catalana cuyo presidente es
Carlos Puigdemont que vive en un chalete donde le gusta al señor.
Rufián Mofeta quiere firmar un
acuerdo con el honorable presidente de este pequeño país y juntar intereses
como es forrarse a colmillo abierto.
Rufián se ha hecho chófer para
beneficiarse a Doña Ferlosia, hacerse rico, vender interviús, y así ser un
mártir independentistas de esos ya que si no sale este sueño tendrá tanto
dinero que podrá comprarse una mansión en la Cala Escondida que es donde en
verdad viven los ricos de la vida, como él…
Doña Ardillona, que gusto el
verla tan bien…, le espetó a modo de brutal susurro el conductor mientras le
cogía los bajos bultos que a modo de maletas arrastraba nuestra particular
ardilla.
Vamos, que Doña Ferlosia, está
deseando verla en su nueva mansión-choza en pleno lupanar de ojetecerrado.
Cuando llegaron Doña Ferlosia
se abrazó a Ardillona y entre sollozos se tiraron unos sonoros cuescos a modo
de encuentro mórbido.
“Gracias Ferlosia, todo lo que
has hecho por mí”.
No tienes que darla, querida
mía, era mi deber como tu antigua madama y amiga.
Se sentaron en el patio que
daba a la charca de los erizos y Ardillona le inquirió: Ferlosia, ya estoy
preparada, dime por donde andas mis castas con todas sus castas…
Tu exmarido, Ardillón, le dijo
con voz grave pues se había tragado una lombriz con pelos, ya no es santo varón
pues se ha enamorado de una pelandrusca que se llama como yo… Pero tú ni caso…
Tus examantes todos colocados
a otras amantes y haciendo de las suyas. Es verdad lo que decías de Borriquete
pues un día charlamos sobre la pitonisa de las pitonusas y pude como “empalma”
una cosa con otra…
Tu hijo Ardillete está
triunfando en Cencinaty con sus famosos jirjol.
Ardigitón lo ha contratado una
orquesta que anima la alta society..
Ardillesco, que se le fue la
olla con la tal Encarna, ahora ha vuelto a revivir y también a las andadas y
dice que se ha comprado un monopatín para llegar hasta su amada.
Mira lo que le ha escrito a modo
de pedida de dedos:
Encarna, Encarna, Encarna,
soy tu amado Ardillesco,
y si no te merezco,
no me importa nada, nada,
nada.
Ardicandidez sigue todavía
ilusionada con su Gema a la que venera como si fuera una “civil”, le ha dicho
que ella en la montaña la espera haciendo bocadillos de huevos duros con
perejil…
Y de Ardi no sé si hablarte…
Sí, por favor Ferlosia, ya no
puede haber nada peor…
Tu hija Ardi como bien sabes
se divorció de Oso Hormiguero y tras heredar los dineros de la separación se
fue en busca del que creía era su padre biológico, tu querido policía montada
del Canadá que ahora ejerce de Sheriff, lo siguió mientras paseaba a un can
pequeñito que llevaba puesta una pelliza porque allí hacía frío, fue a su casa
y conoció a sus hermanastros y la mujer del policía del Canadá le dijo que no
quería conocerla ni ná…
La tiraron fuera de la casa
como si fuera una babucha vieja y solo tu Sheriff se acercó para decirle: ¡Vete
de aquí Ardipuerca!
Pero tu conoces a tu hija Ardi que es una puñetera
como tú, no se amilanó, y se alquiló el ático que estaba arriba de la casa del
que creía su progenitor y esperó para hacerle un “afoto” y demostrar que es su
padre pues los dos peinan ricitos…
Ella hacía su vida, iba a la
playa, gozaba con uno y con otro, se divertía que para eso tiene dinero y edad.
Cuando llegaba a casa se ponía a ver supervivientes y entonces empezaba la
guardia pero el que creía su pare no lo veía, no llegaba, y cuando lo escuchaba
estaba joía y demasiado cansada.
Un día lo vio salir, no
llevaba el can peligroso con cara de frío, y se fue para él, le dijeron que
había visitado a su yerno querido y su mujer en el pueblo, se le veía feliz y
cantaba “o sole mío” con nocturnidad y alevosía. Entonces se dio la vuelta y
ella quedó descolocada, pues ese hombre risueño con mala cara le miraba, le
gritaba de joputa para arriba y ella era defenestrada pues ese que era policía
del Canadá montada y ahora el Sheriff porque en la ley manda, no era su padre,
no, era un desconocido, un simple señor pues se había hecho un lío ya que no
tenía lo que ella, no tenía graciosos ricitos, estaba más pelado de la cuenta,
y la miraba a voz en grito…
Tu hija Ardi está muy mal, ha
quedado muy depauperada y me ha fiado unos ahorillos para que la ingrese en la
Charca Dorada… Ahora mismo estará con Don Celso haciéndole el usual chequeo de
las partes bajas.
Ardillona que estaba
estupefacta y casi se marea volvió a sonreír con ilusión esperanzada: Mi
Sheriff se ha pelado, al estilo marcial, seguro que se pone la casaca roja, los
pantalones bombachos, las botas altas y el sombrero de fieltro, se pone la
placa en el pecho y el pistolón en su sitio, seguro que ya no es raso sino jefe
de servicio, y vuelva a por su amada, donde la dejara en inhóspito sitio, montado
a una jaca lozana que lo hace más chiquetito, y seguro que ella, Ardillona es su
amada, y le pide fornicio, se imagina ya montada o apoyada en un quicio por un
policía con galones del Canadá de sus vicios, se imaginaba virguen de semejante
sitio y volvió a ella la esperanza de ser la amada de quién en antaño tuviera
ricitos al igual que su Ardi con la que tiene cierto parecido…
Ferlosia la miraba extrañada
pues se creía que se había vuelto de nuevo loca..
Ardillona le dijo: ¡Oye,
Ferlosia tu no tienes un amigo que cose el mimi para que parezca que nunca han
rozado ese sitio?
Pero Ardillona, ¿quién se va a
creer que eres virgen a tu edad y tus antecedentes?
Pues mi Policía Montada del
Canadá que siento el pálpito que para mí vuelve, me voy a operar, a coser la
raja, quiero ser virgen total, para que Sheriff de mí se enamorara y si no es
el Canadá me iré a donde él vaya, si hay que aprender a bailar, aprenderé
sevillanas, para que me lleve a su feria, delante de to la gente guapa y yo
presumir de varón y él de prometida, virgen y enamorada…
Ya voy para ti, despacito
porque me han cosido con hilo la mismísima raja…
Jesús Rodríguez Arias
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