Lucio nunca se lució mucho
pues como estudiante era lo que hoy llamamos mediocre y antes era un zoquete,
un burro de tomo y lomo. A eso salía a su padre Zenobio, que desde muy joven se
dedicó a la política porque ser muy de izquierda era la clandestinidad pura y
dura aunque ostentando el cargo que ostentaba nunca pisó la cárcel y menos una
comisaría porque Zenobio nunca fue mucho de los de dar la cara pero si
llevárselo calentito.
Cuando murió el dictador y la
izquierda por fin ganó a ese centro en el que ellos no creían lo eligieron
diputado provincial y estuvo de vicepresidente de la misma hasta que se jubiló
por incapacidad pues el coche oficial donde viajaba tuvo un choque y quedó para
el arrastre de las cervicales. Pensión máxima a los 48 años. Aunque no podía
trabajar todavía se le veía en el campo cortando las ramas de los árboles pues
de siempre fue muy ecológico.
Zenobio y Modesta tuvieron dos
niños: Lucio y Zenón. El primero no llegó a nada en el tema académico y el
segundo estudió en la uni y ahora es profesor en la complutense y según dicen
las malas y buenas lenguas es muy amigo de Monedero.
Lucio quedó en el pueblo a
cargo de las vaquerizas hasta pasar a la política ya que lo llevaba en su
sangre roja y republicana. Se afilió al partido Comunismo y No Democracia y con
sorpresa mayúscula consiguió la mayoría absoluta gracias a un concejal tránsfuga
del “soe” que había abandonado sus filas por el mejor “postor”.
El alcalde socialista que
llevaba más de 16 años en el cargo abandonó despacho y también cargo público y
se fue a dar clases pues de siempre ha sido maestro.
Lucio se convirtió en el
primer alcalde comunista del lugar y empezó a gobernar a base de bandos,
bandazos y con su banda de mamarrachos.
Al poco visitó la casa
familiar su hermano Zenón que llegó acompañado de un amigo suyo minusválido al
que costaba un huevo transitar por las empinadas calles. Echenique se llamaba y
mientras comían arroz con bogavante, que bien se sabe es comida de pobres, le
decía a Lucio que tenía que hacer que las calles no fueran impedimentos para
las personas con capacidad reducida, que debía en ellas habitar toda clase de
diversidad, que era un espanto ver a un burro cargado trasladando bultos a las
órdenes de su dueño porque el burro tenía derechos y el que debería cargarlo
sobre las espaldas es ese explotador de los más desfavorecidos y que seguro es
un fiel ejemplo del caduco heteropatriarcado.
Le ofreció que en su pueblo se
unieran con los de su partido para ponerse morados cosa que le gustó
sobremanera mientras se metía en la boca la cola del bogavante pues bien sabemos
que los ropasueltas les gusta mucho el color rojo marisco del bueno.
Se unieron en coalición con la
concejal ropasuelta y mandaron al carajo al tránsfuga que se quedó sin cargo,
partido, prestigio y sueldazo. Así es como tratan los ropasueltas a los traidores
como ellos.
La Hipólita, antes Sebastían,
se había cambiado de sexo en el registro civil pues decía que no se operaba,
que llevaba al chanito ese entre las piernas desde que nació y que ya le había
cogido cariño. Esta ínclita concejala ropasuelta enseguida fue aupada al cargo
de Tenienta de Alcalde de desarrollo urbanístico y asistencia social, plural,
multicultural y asexuada. Ganaría según el boletín del estado más de 90.000
euros que eran 15 millones de pesetas de las de antes cada anualidad.
La Hipólita que de siempre
había llevado bigote se lo dejó porque había que defender la diversidad y todos
los días iba a su despacho con sus floreadas faldas, sus zapatillas de esparto,
su mochila a la espalda su melena al
viento y su pedazo mostacho que es su herencia familiar aunque su padre
Eulogio, como es un caduco ejemplar del heteropatriarcado no quiere saber nada
de él desde que abandonara el hogar y se llevara los ahorros familiares porque
siempre decía que lo de todos era suyo pero lo suyo no era de todos como buen
ropasuelta que se precie.
Lucio con La Hipólita y el
concejal de hacienda, El Macario tuvieron que pedir al banco un préstamo de 10
millones de euros para hacer obras en todas las calles y ponerlas “planitas” a
pesar de que el pueblo estuviera erigido en las faldas de una montaña.
Cambiaron el acerado colocando
adoquines con el color de la bandera de los orgullos, pusieron macetones
morados, banderolas con la cara de Maduro y el eterno Fidel y hasta de unos
moros que nadie conocían y habían visto en su puñetera vida. Se gastaron los
millones en tonterías pero lo que no pudieron fue poner las calles más
“planitas” porque para eso tenía que construir de nuevo el pueblo y antes
derribar la montaña cosa que se estudió hasta última hora por los buenos
contactos de la Hipólita con los extintos terroristas etarras.
Cuando Lucio se paseaba por la
calle los vecinos miraban para otro lado o le decían de hijoputa para arriba
pues había subido los impuestos un 500% para ir pagando las deudas de poner el
pueblo en desarrollo y dentro del progreso y diversidad.
La Hipólita vivía con Mohamed
que así se llamaba el loro que se compró en las Islas Caimán cuando fue a
ingresar unos dinerillos a este paraíso fiscal donde figura como Don Sebastián.
El pueblo había retrocedido en
años y sobre todo en tensión entre los vecinos pues no había uno, fuera del
signo político que fuera, que pudieran ver a los sinvergüenzas que lo estaban
gobernando.
Se estaba preparando un frente
común democrático en el que figuraba el soe, la derecha de Don Evaristo y los
centristas de Carlos el procurador. Había que plantar cara todos unidos para
echar a los que se unieron para llevárselo tó.
Un día La Hipólita entra en el
despacho de Lucio y le dice que va a organizar unas jornadas para todo tipo de
orgullos, que costaría 250 mil euros los tres días y que ya estaba todo
organizado.
Se celebraría en el Patio
Cultural donde en esos días no habría clases de adultos, se suspendía el
reparto de alimentos a los necesitados porque esto era muy importante, era
poner al pueblo en la órbita de la más progresiva diversidad.
Primer día:
Entrega de credenciales, cada
inscripción costará 669 euros de nada, y material didáctico.
Inauguración con palabras del
alcalde con el representante comarcal de los orgullos. Puede ser que asista
incluso algún representante de diversidad de género como puede ser el retal de
tela aunque todavía está sin confirmar pues están liados con eso de la
independencia.
Primera Ponencia-Coloquio con
el activista Gran Gnabo que hablará de la dificultad de las moscas a la hora de
manifestar su diversidad sexual.
Trabajos en grupo sobre el
tema de la ponencia.
Almuerzo en catering
contratado expresamente cuyo cubierto costará aproximadamente 300 euros por comensal vips y canapiés de
chistorras o almejas, según los gustos, para el resto.
Recorrido por el itinerario
urbano adecuado para la diversidad y el desarrollo de tantos orgullos.
Descubrir placa y aplausos con
oficialidad.
Se alojarán en complejos
turísticos de otras poblaciones ya que Salustiana la de la Pensión se negó
porque según esta arcaica señora los del orgullo son gente con mucho parné y
van a querer que se les cambie las sábanas cada día y que por eso ella no pasa.
Las tradiciones hay que mantenerlas Sebastián, que no que soy la Hortensia, y
que aquí siempre ha habido olor a hogar y eso se consigue dejando las sábanas
más de una semana puestas y las toallas sin cambiar...
¡Qué mujer más obtusa! Dijo
Lucio con toda razón mientras se tomaba su tapita de jamón del bueno con queso
curado porque ser ropasuelta no quiere decir que pase hambre.
El segundo día estará dedicado
a la diversidad de las almejas y algún que otro choco y la ponencia estará a
cargo del prestigioso palomo cojo que ha pedido una invalidez y se la han
reconocido.
Después de la charla vendrá lo
más esperado y lo que más éxito está teniendo donde se han celebrado estas
jornadas, dijo la Hortensia con embargada emoción, pues supone un hito
histórico para el desarrollo de la diversidad dicho con orgullo.
Lucio, la miraba expectante
pues él en verdad desconocía los tejes y manejes de tanta diversidad y después
es lo mismo de siempre...
Alcalde, se va a celebrar en
el pueblo durante un día y medio en prestigioso y conocidísimo “Taller de
Felación”. ¿Qué te parece? Un hito histórico, ¿verdad?
A Lucio se le cambió el
semblante pues como sus estudios y conocimientos eran mínimos en el léxico se
creyó que eran unas jornadas gastronómicas, vamos de comer, y a él le encantaba
el buen comer. ¡No iba muy desencaminado!
La primera sesión estará
impartida por el prestigioso Gran Gnabo que enseñará las técnicas de manejo tal
y como se manda.
Te diré que el primero que
acceder a estas prácticas tienes que ser tú como alcalde, después iré yo y
después los que se apunten por el módico precio de 500 eurillos de nada pues no
todos los días puede degustar tan buen producto.
Por la tarde lo dará la rusa
Vajinâ Pârratodâs que será dirigido a un público más versatil. Ahí Lucio no te
voy a obligar a que vayas siquiera.
Y el tercer taller lo haremos
nosotros porque podemos...
El alcalde se levantó de la
terraza de Curro el muletero, porque había sido figura del toreo de salón, y se
fue al despacho para firmar todos los pagos para que se realizase tan egregio
evento.
Os diré que el primer día de
las jornadas históricas fueron un éxito pues vinieron congresistas de todos los
lados menos del pueblo que no se apuntó ni uno, de hecho se encerraron en casa
en señal de protesta por la abusiva medida de incrementar los impuestos para
pagarlo. Hasta las tiendas y los bares cerraron haciendo que pareciera un lugar
fantasma.
El pobre Lucio no sabía que el
principio del fin se estaba acercando.
Segundo día charla y taller
donde comería de lo lindo pensaba Lucio mientras se ponía el yersi ajustaito
que era el que más pegaba aunque marcaba barriga ya que desde que es alcalde ha
engordado en kilos y en cuentas.
La Hipólita emocionada
presentó el Taller aunque Lucio no vio sino al Gnabo ese y por mucho que miró
no advertía la presencia de chef ni camareros. No entendía nada aunque esperaba
que llegaran pronto pues la hora del aperitivo había pasado y tenía gusanillo.
Hortensia me ha dicho que hoy iba a comer de lo lindo...
Entonces Gran Gnabo se baja
los ajustados pantalones con la ropa interior incluida y muestra al mundo el
por qué de su nombre. Un sonoro aplauso brotó en el Patio que hizo que se
despertara Lucio que se había quedado un poco mamado por la falta de sueño
mientras La Hipólita lo llamaba a voz en grito pues a él le correspondía el
honor de abrir el taller y de probar la “exquisitez” que mostraba el susodicho
que medía más de la media, pero mucho más...
Lucio, con ojos espantados,
dijo que no con la mano y La Hipólita que si, que no fuera antiguo, que parecía
del heteropatriarcado. El alcalde debería hacer los honores a este “alimento”
tan sano.
Lucio entonces no se pudo
reprimir y le salió todo lo primitivo que era en verdad gritando
desgarradoramente que hizo incluso demudar el color del Gnabo.
¿Yo? Jajajajaja ¡Y un carajo!
Y se marchó...
Terminaron las jornadas,
elecciones que fueron ganadas por Carlos el procurador con el frente por la
Libertad y la Democracia que unía a todos a una aunque dicen que de Lucio no se
supo más pues desde el día del Taller de Felación dejó el cargo y marchó lejos
de allí donde su tío Eustaquio tenía un campito y allí trabaja la mar de a
gusto mientras decía siempre que podía: “En esto de la política hay que comerse
algunos sapos pero de lo otro, de lo otro..., vamos a dejarlo”.
Y así acabo todo mientras la
Hortensia vive de puta madre en las Islas Caimán donde todos lo conocen como
Don Sebastián...
Y es que hasta para ser
ropasuelta hay que servir.
Jesús Rodríguez Arias