Lo reconozco, hoy no abro mi ventana para hablar de los ropasueltas o los estrambóticos personajes que conforma "Egos de Sociedad" porque en este sábado de Carnaval quiero echar mano a mis recuerdos que se pierden en lo más lejos de la niñez para de esta forma dar las gracias a un GENIO, un POETA, un ENAMORADO DE CÁDIZ, el ÚLTIMO COPLERO como es ANTONIO MARTÍN GARCÍA.
Aunque os pueda parecer raro en mi casa se escuchaba desde siempre el concurso del Teatro Falla eso sí, por la radio pues la vieja televisión en blanco y negro que estaba en el "cuarto rosa" que era nuestro salón familiar y que recibía este nombre por el color de las paredes solo echaba algunos retazos de la Final por la antiguar Telesur.
Sí, la radio en mi familia siempre ha sido la voz que nos acompañaba y abría las puertas de par en par al mundo. El Carnaval, la Semana Santa, las Fiestas..., o esa Elena Francis que solucionaba todos los problemas sentimentales de las mujeres de ese tiempo y que mi madre no se perdía después de terminar de trastear con la cocina.
Horas, días y años en torno a la radio y en Carnavales en torno a Antonio Martín.
En aquellos tiempos de mi niñez escuchaba que era el discípulo de Paco Alba y que de seguir así llegaría lejos, muy lejos.
Sus coplas, sus tipos, la poesía que había en las letras y música, las voces de siempre que cantaban a la calle San Vicente, Barrio de la Viña, la Caleta y toda Cádiz.
Empecé a escucharlo con los "Charlys Rivers" en el año 1979, dos años después de que falleciera mi padre, aunque también había disfrutado con "Los Mayordomos", "Capricho Andaluz" o "Los Mandigos" aunque estos todos por la radio que ponían coplas para el recuerdo.
"Ángeles y demonios", "Caleta", "Charlatanes de Feria", "Voces Negras", "Agua Clara", "Andaluces por el mundo", "Entre Rejas", "Soplos de Vida" "A fuego vivo", "Tras la máscara", "La mar de coplas", "Encajebolillos", "El Titiritero", "Las Verdades del Barquero", "Los principiantes", "Los quijotes del sur", "Los Buscavidas", "Patiovecino"....
Hasta llegar a "Ley de vida" con la que se ha despedido de las tablas del Falla.
Ayer mientras lo escuchaba cantar a modo de única y privilegiada despedida se me cortó el aire, se enmudecieron los recuerdos pues toda mi vida estaba pasando delante de mis ojos a modo de las coplas de Antoñito Martín, el niño de la calle San Vicente, la piel se me erizaba y mi concentración era absoluta. Se iba un GENIO y lo hacía a lo GRANDE.
Cuando la comparsa que unía viejos copleros de los de "toda la vida" con los nuevos y afianzados valores iban terminando con los sones de "Caleta" me pareció escuchar en ese altavoz que tenemos en la memoria de nuestros recuerdos las voces de esos locutores de siempre que nos acompañaron tantos años que bien los podríamos considerar de la familia: Pepe Benítez, María del Carmen Coya, Juan Manuel Pedreño, Enrique Treviño, Guillermo Riol ... ¿Os acordáis?
Para mí Pepe Benítez en Radio Cádiz era como el José María García en los deportes a nivel nacional: ¡¡Un Maestro!!
Con su voz, sus conocimientos, su saber callar, su respeto, su sapiencia hizo que Antonio Martín García entrara en mi vida, también en la de mi familia, para nunca irse jamás.
A lo largo de los años, con la juventud pasando y entrando en eso que llaman madurez, empezaron a resurgir nuevos comparsistas, copleros, y empezó una rivalidad entre los seguidores de uno y otro "bando".
Que si yo soy de Martínez Ares, que si yo soy de Juan Carlos Aragón, que si Bienvenido y decían que uno era mejor que otro como si de equipos de fútbol se tratara. Yo los miraba y les decía que era Martinista de los de toda la vida. Los jóvenes quedaban extrañados y me preguntaban el por qué, que ellos no comprendían, que prefererían...
Les decía que no iba a intentarlos convencer porque Antonio Martín García estaba en otra dimensión donde no había rivalidad sino camaradería a la hora de cantarle a Cádiz. Es un Genio y lo ha demostrado al irse como lo ha hecho.
Ayer le comentaba a Hetepheres que aunque salgan mil copleros que lleguen al nivel que lleguen yo siempre seré de Antonio Martín como lo soy de Curro Romero o de Morante de la Puebla pues a mi edad sé valorar mis recuerdos, mis querencias, mi vida en torno a las coplas de Antonio Martín, el mejor entre los mejores, como el buen torero que hace parar el tiempo cuando está frente al toro.
Eso hizo ayer Don Antonio Martín García: ¡Parar el tiempo en las tablas del Real Teatro Falla, para el Carnaval, parar Cádiz y nuestra propia vida!
¡Muchas GRACIAS por darnos tanto, por hacernos sentir la belleza en forma de coplas y poesía!
Jesús Rodríguez Arias