Hablan, hablan y no paran de hablar
los políticos y sus acólitos nos indican qué votar
hablan, hablan y no paran de hablar
y justamente hablan los que deberían callar.
Se acercan las elecciones y todos están nerviosos
en las sedes de los partidos hay muchos deseosos
de entrar en las listas en puestos pretensiosos
para salir elegidos y vivir con privilegios indecorosos.
Siempre son los mismos, siempre las mismas caras
algún cambio que otro aunque en verdad nada cambia
De un tiempo para acá elegimos a todos los tontos con más cara
pues donde dije digo digo Diego y nos dejan en babia.
Los cabezas de listas son listos bien conocidos
los puestos de cabeza profesionales de lo político
el relleno ya se sabe que tiene un gran parecido
con los tontos y carajotes sean grandes o sencillos.
Primero será la Junta, después los alcaldes
que con las autonomías todos están que arden
luego será el gobierno con el congreso y el senado
y se moverán muchos sillones, puestos e iletrados.
Todos miran lo mismo con el mismo interés
cuantos escaños sacan en esta partida de ajedrez
todos sueñan con quedarse y muchos continuar
otros anhelan con su alma el poder solo entrar.
Programa y promesas que a los incautos ofrecen
y tienen todo un equipo para escribir tales sandeces
promesas programas que a nadie engañan
los ineptos que redactan los programas.
Los mítines que no falten
dar besos a viejos y niños
comer lo que te ofrecen
ya sean guisos o aliños.
Regalar banderitas hasta incluso pen drive
regalan para que voten a los mercachifles
regalar no regalan lo que hacen es comprar
nuestros votos con patrañas y sin disimular.
La campaña viene y no se puede remediar
con todos los candidatos dando la tabarra sin parar
que hay muchos sueldos, despachos que trincar
y todos están en campaña, en campaña electoral.
Mis pensamientos no los cambio a los que quieren conculcar
el valor de la vida y también de la dignidad
que no cuenten con mi voto para poderse justificar
los que por un voto son capaces de traicionar.
Traicionar a los electores y a toda la nación
traicionar sus pensamientos y su propia condición
traicionar por el poder de su asquerosa ambición
traicionarse a ellos mismos para su propia condenación.
Hablan, hablan y no paran de hablar...
Jesús Rodríguez Arias
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