Hay que reconocerlo, no se
encuentra bien anímicamente hablando, no se esperaba tamaña traición en el día
después de la gran llantina, no podía ni imaginar que le saboteara, y de qué
manera, el regocijo de anunciar vía redes sociales los distintos nombramientos
sin contar para nada con el ínclito que debe su cargo al colchón de votos que
le ha prestado para su elección.
Hoy no se encuentra con ganas
de nada, ha saludado de mala gana al guardia civil de la garita, y se ha
sentado en el sillón de piel de nabo mientras encendía la chimenea. Acabó tan
abstraído que no se acordó leerle el capítulo del cuento que escribió Oriol Junqueras en la cárcel
represora de la libertad a su prole. Se preguntó así mismo: ¡Qué raro está
todo! ¡Qué silencioso! Ni el hilo musical con la melodía de la Internacional
está sonando! Ni Carlos Rodolfo, su mayordomo, ha venido a recibirle. Carlos Rodolfo
es chavista y bolivariano que mientras vivió Hugo estaba encomendado al
pajarico y por eso mismo es de total confianza. Nicolás lloró cuando se fue a
servir a Pablo y le dijo que no olvidaría esta “desconfiansa” mientras le
espetaba un amistoso puñetazo en el estómago. Miró el ipone y tenía un mensaje
de Evo preguntándole que hay de lo suyo…
¡Irene! ¡Camarada conyugal!
¿Dónde te encuentras?
Estaba desolado desde que el
inefable Pedro anunciara que había más vicepresidencias que en una fundación de
esas que luchan contra el cambio climático. Él, que había llorado como un niño
zarrapastroso el día de la investidura, y se veía como copresidente del
gobierno de lo que quedara “deestepaís” ha visto de golpe y porrazo que tendrá
menos rango que un capitán de jardines y se vio como el fétido elemento que
estos tratan.
Hasta su camarada y amigo
Julito Rodríguez le ha llamado para preguntarle de qué gabinete va a llevar la
jefatura. ¡Qué se yo, Julio, qué se yo! Fue la somera contestación llena de
rabia e inmenso dolor.
Para colmo ha tenido que dar
un cargo ministerial al tonto de Garzón que como buen comunista solo sabe
gastar y será por eso que quiere llevar Consumo y su Irene “igualdá” lo que le
den si se trata de imponer y de mangar, perdón quería decir mandar…
Desde que abrazara a Pedro y
firmara el acuerdo programático no han parado de llamarlos camaradas ofreciendo
sus servicios pues han quedado en el paro. El peor es Delgado que tras perder
su escaño en Cádiz tiene que volver a ponerse el verde uniforme de la Guardia
Civil en la que no se siente a gusto y por eso cada día le manda varios
mensajes por WhatsApp para pedirle que le dé un carguito en un “menisterio” aunque
sea del tiempo…
Pablo, el pobre, que se creía
la mano izquierda del presidente se ha dado cuenta que es el dedo que limpia el
culo como mucho.
“Nos la han metido” dicen
cargos de Unidas Jodemos y a él se le ha quedado una vez más cara de tontín y
además le entra el lloriqueo.
¿Dónde estará mi Irene? ¿Dónde
estará mi Irene? Dónde quiera que esté mi Irene es ministra y da igual que sea
igualdad o del mismo clima…
Tarareaba esta cantinela con
la música de Manolo Escobar, al que no podía ver porque era un fachasqueroso,
con su famosa canción del carro.
De pronto apareció ella que
iba como una grácil gacela enfundada en unos pantalonespitillo con tres
camisetas en la mano cada cual más estrafalaria que ya es decir.
“Cari, cari, quiero saber tu
sabia opinión de hombre leal y de izquierdas a los que no le importa el género
cuál de estas camisetas ves mejor para el acto de promesa del cargo de ministra
de Igualdad”.
Pablo, la mira con ojos
tontos, y espera le enseñe los modelitos:
Una es violeta con una señal
de prohibido y letras rojas: ¡No al heteropatriarcado!
Otra es blanca con letras
moradas que dicen: Soy mujer o lo que me de la gana.
Y la última es color negro con
letras blanca y el dibujo de una vulva con el lema: Por la justa Igualdad:
Acabemos con el hombre.
Pablo, que era muy ropasuelta
y todo eso no veía bien el tercero pues quieras que no él era un machito, algo
encorvado pero machito al fin y al cabo y le aconsejó que la segunda era la más
apropiada para jurar el cargo ante el ciudadano rey Felipe.
Él se pondría el pantalón
negro de tergal arrugado, la camisa blanca arrugada y la chaqueta gris arrugada
y los zapatos de siempre sin lustre. Irán en el Porsche que le han comprado
todos los españoles y con el chófer que le ha puesto el gobierno mientras
Carlos Rodolfo se queda con Cintia Siracusa al cargo de los niños que verán en
la tele tan importante momento. Carlos Rodolfo tiene intención de grabarlo en
video para enviárselo en paquete a Nicolás y Evo que lo esperan como agua de
mayo.
Pablo se ha venido arriba del
pescozón de las vicepresidencias y ya sueña con su primer consejo de
ministro@s/es cuando alce la voz y diga en la primera votación: “Mi parienta y
yo nos oponemos”… ¿A qué? Ya se verá porque un buen ropasuelta, y la
ministerial pareja lo son, siempre se han de oponer a todo.
¡Quedan por vivir grandes
momentos enestepaís! O lo que quede del mismo…
Jesús Rodríguez Arias
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