Y llegó el ansiado día, ese
que nunca imaginó llegaría pero que llegó, bien que llegó y allí estaba él en
la Zarzuela esperando prometer su cargo de vicepresi delante del ciudadano
Borbón, al que no podía ni ver en pintura, con un traje oscuro, entallado, y
camisa rosa sin corbata, atuendo este aplaudido hasta por Vanity Fer, cuando el
Jefe de Protocolo de la Casa Real lo nombró se acercó hasta el atril en el que
estaba depositada la Constitución, que le encantaría derogar, y en presencia
del Jefe del Estado prometió su cargo y lealtad a SM el Rey. Se tragó todo lo
que pensaba de D. Felipe VI porque es bien sabido que “por un cargo y un sillón
se hace monárquico el republicano felón”…
Prometió también algo que
quedará para los anales, amén de las políticas que de tal índole promulga Beatriz
Gimeno nueva directora de la mujer, digo bien pues del cachondeo generalizado
se nos ha salido a media España las almorranas de tantos reírnos y es que
nuestro vicepresi prometió guardar los secretos del Consejo de “Ministras”…
Foto de familia, entrega y
reparto de maletines, las carteras van aparte, que algunos utilizaran para
llevar los bocatas del jamoncito del bueno, que ya se acabó el chopepó, y otros
para garabatear su futuro proyecto de dinamitar España.
También en ese noble acto, lo
digo por la presencia real, prometió su cargo de menistra de igualdá su amada
compañera sentimental y madre de su prole. Irene amén de la cama compartirá con
su amado gobierno y Consejo de Ministras.
Pablo, nuestro particular
vicepresi ropasuelta, se había levantado nervioso, ni se había hecho la
limpieza con hilo bucal, pues ya sentía la responsabilidad de su flamante cargo
bajo sus hombros, que le hacía tener más chepa. Para colmo hoy estaban citados
en el primer consejo de ministras en la Moncloa y tenía que acicalarse para la
ocasión pues él ya no se representa a sí mismo sino a “todos” los españoles: A
los buenos progres y a los malditos fachasquerosos que se iban a acordar de sus
castas en estos cuatro añitos que les quedan.
Alberto Garzón le había
llamado la noche anterior para decirle que él se iba a enfundar un
trajechaqueta gris clarito con corbata, aunque pareciera un agente de círculo
de lectores, porque la ocasión lo merecía. Se lo había dicho para no coincidir
en color con su respetado camarada que tenía que deslumbrar por sí solo.
Pero nuestro singular
vicepresi tenía una idea bien montada en su cocotero con cola y pelo. Vio a su
Irene como se arreglaba y admiró sus potenciales mientras se decía a sí mismo:
¡Qué suerte tiene ella de estar con un hombre como yo! Cada día esperaba
parecerse más a Pedro Sánchez que aunque no se fiaba de él ni un pelo de la
cola era el que lo había sentado en el gubernamental sillón.
Ese día se peinó a manotazos,
como siempre, se enfundó sus raídos pantalones vaqueros, botas a lo pistolero,
camisita y una pelliza, cogió su gran maletín negro donde en letras doradas
decía: Vicepresi 2º y menistro de desarrollo insocial y agenda 2 mil no se qué…
Y así se coló por la puerta,
se hizo fotos y fotos como si un matónchulo de discoteque fuese, e ingresó en
palacio mientras dos ujieres, dos señoras, le abrían la puerta. Iglesias no
tuvo ni la decencia de saludarlas, y
mira que es feminista, mientras caminaba con cara de sieso chirlachi
hacia el salón del mega consejo.
Una vez sentados todos, un
poquillo apretados por eso de la cantidad de gente que había, nuestro vicepresi,
después de que Pedro el enorme hablara primero mientras se miraba a un espejo,
dijo con voz trémula y algo nervioso: “Para mí es emotivo, empezó a llorisquear
pero pudo mantener el tipo, el estar aquí, el ser el vicepresi 2º del gobierno
de estepaís y estar rodeado de tantas señoríes en este histórico consejo de
ministras”… En ese momento le entró el hipo y se calló mientras Pedro, raudo,
empezó con el orden del día mientras los ministros socialistas se miraban unos
a otros con la expresión en sus caras de decir: “El vicepresi está chalao”..
Terminada la primera sesión
del consejo, que a partir de ahora se celebrarán los martes en vez de los
viernes para poder coger puente de cuando en vez, se hicieron la foto de
familia y se fueron por donde habían venido mientras el presidente le decía a
su jefe de gabinete que para desestresarse se iba a enfundar la camiseta y las
calzonas para correr por los jardines de palacio y que después volvería a
encarar las decisiones más importantes como la compra de un tresillo que el que
tiene le está destrozando las cervicales….
Nuestra ministerial pareja se
fueron a sus despachos pues habría que empezar a colocar a los suyos con buenos
puestos, cargos y sueldos….
Tras una intensa jornada
laboral de dos horas y medias, contadas por el reloj, pidió el coche oficial
porque se iba a su mansión de Galapagar, que ya la pagamos todos, con su Churri
y prole que tenían que hablar de cómo organizar todo lo que tenían en mano así
como también leerles los cuentos de Junqueras que escribió en la cárcel a su
descendencia porque a los ropasueltas hay que ir enseñándoles desde
chiquetitos…
Un funcionario que estaba en
la puerta del menisterio del vicepresi contesta al ser preguntado por un amigo
que en ese momento había entrado:
¿Cómo es el menda?
“Yo con este, le contestó, no
voy a tomar ni un trifásico porque tiene pinta de jeta y yo gracias a todos
ellos no tengo pasta ni para mitad de mes”…
¡Qué le den por el…! Dijo su
amigo…
Por el mismo sitio que la Sra.
Gimeno quiere ejercitar las políticas anales que tanto defiende en su blog de
pensamiento profundo con cierto tufillo y hedor.
Jesús Rodríguez Arias