Don Paciente era un hombre
afable, educado, ciertamente distinguido y con una paciencia infinita que le
hacía honor al nombre que le pusiera su querido padre Honorato para que
siguiese con la tradición familiar.
Don Paciente era abogado en
ejercicio aunque no hiciera deporte alguno y era socio de Don Hermenegildo
Aburrido que constituyeron el famoso despacho de abogados: Paciente y Aburrido
al que le costó coger brío todavía no se sabe el por qué…
Don Paciente se casó con una
prima del general conocimiento muy filipina ella como era Agata Yi del
Poloponeso con el que tuvo 4 vástagos y dos orquídeas de importación.
Don Paciente era un hombre muy
recto en ideas así como de hechuras y siempre vestía de chaqueta con corbata y
alcanfor. No se puede decir que fuese de derechas pero si lo más parecido. No
era de tener amoríos fuera del matrimonio porque su Agata para él era intocable
y el Yi más. No como su socio Hermenegildo que de aburrido solo tenía el nombre
y que contó en un año con 12 amantes y alguna que otra querida….
Don Paciente no era de esos,
él se dedicó a su esposa e hijos todo el tiempo que le dejaba el despacho que
según parece era mucho pues atendía a la clientela de siempre cuyos litigios
pasaban de padres a hijos.
Su primera hija llevaba por nombre
Flor que era muy filipino por lo que parece, estudió para ser ingeniera
astronautica aunque como era mucho de mirar las estrellas se hizo anacoreta en
una comuna muy jipi donde dicen todos los días cantaban, bailaban y fornicaban
al ritmo del jirjol. Cuando Paciente le decía a su hija que donde estaba metida
ella le contestaba mientras se quitaba pellejos de las corvas que no se
preocupara, que ella solo estaba en esto a nivel espiritual… La vida de Flor
fue marchita y denigró en Feminazi, de esas que enseñan sus desnudeces mientras
defiende algo tan lógico como el libre sangrado. Hoy es diputada ropasuelta en
el congreso de los diputados y tertuliana de la sexta pues está especializada
en el génere neutre, al que pertenece después de haberse cepillado a todo varón
o hembra que le pusiera el buche. Cuando sube al estrado, son pocas veces
porque no es de la cuerda de Echenique, siempre empieza diciendo: Señores y
señores diputedes yo, Fler de Lete, me cague en tes ustedes… Levante el puñe
izquierde en alte y grita: ¡¡Oleé me coñe!!
Paciente, no hay que decir que
está un poco aburrido, haciendo mención del apellido de su socio, de esta
situación.
Sus segundo retoño se llama
Juan aunque todos le dicen Juanete. Fue de siempre el más pijo de todos.
Estudio derecho porque le dolía la espalda y como quería llegar alto en su vida
y tampoco quería trabajar en el despacho de su augusto y paciente padre decidió
empezar la carrera eclesiástica, sin vocación alguna, porque quería llegar a
altos puestos en la Santa Sede. La Secretaría de Estado lo llamaba y él que
solo creía en sí mismo puso todos sus afanes en conseguirlo. Su madre Agata le
decía que bien le quedaba el cleriman que se hizo en Italia en Hugo Boss que le
costó a sus padres queridos y entregados más de 17.000 euros cada uno.
Lo malo del Padre Juanete es
que además de no creer en Dios le gustaban muchos las mujeres y claro en Roma
todo se sabe. Todavía se acuerdan de cuando Giorgio, el marido de la carnicera,
le quiso cortar los huevos tras sorprenderlos haciendo manitas en el pecho de
su mujer. Es una confesión Giorgio, atendió a decir Juanete que salió vivo de
puro milagro…
Tras este y otros percances
fue enviado a España y con las influencias que tenía Paciente lo “colocaron” en
en una parroquia normal y corriente. Duró lo que dicen dura un gargajo en una
plancha pues él la vida de entrega y sacrificio no le gustaba mucho pues lo
suyo era el apostolado de los coches de lujo, de las casas de lujo, de las
gachís de lujo y del Polo, deporte muy de lujo por cierto. Se salió y se quiso
unir al despacho de su padre que lo mandó pacientemente al mismisimo carajo.
Juanete montó una agencia inmobiliaria en un lugar donde se movía mucho dinero
y más pasta.
Paciente abominaba de ese hijo
suyo tan interesadamente interesado.
Su tercer hijo celebra su
onomástica el día de San Euno porque a la madre le salió de mimi ponerle ese
nombre tan horriblemente feo. Estudio poco y mal porque dedicó gran parte de su
vida a estudiar la vida de un hombre al que admiraba profusamente como era Blas
Piñar que fue un gran orador y escéptico de la democracia. Admiraba la firmeza con
la que hablaba, nada parecido al viejo general que tenía una voz algo
aflautada, y admiraba con más ansias esa Fuerza Nueva, ya extinta a esta altura
de la película, donde todos los jóvenes asistían a los mitines mientras los
responsables de proteger al líder aparecían marciales con sus azules camisas….
Euno, que tenía un problemilla
en el habla no podía pronunciar las eses y decía todo de corrido con las zetas…
Ezpaña, E-una, guiño a su
nombre, Ezpaña ez Grande, Ezpaña ez Libre. Decía cuando se asomaba al balcón de
la casa de campo que tenía Paciente y su consorte en medio de la sierra. Claro
allí nadie lo escuchaba y los que lo hacían siempre terminaban: “Allí está
Euno, el mediano de Don Paciente, diciendo sus tonterías”…
Un día conoció a Marcial Recto
que con gesto impávido le susurró en su oído derecho algo que le dejó
desnortado varios días y algo dolorido el conducto auditivo: Marcial se acercó
y le gritó a todo pulmón ese bello susurro: ¡¡¡Arriba España, coño!!!
Euno no supo que decir, pero
dos lagrimas le salieron por la comisura de los labios debido al mareo
patriótico que sintió en esos momentos.
“¿Ez uzted Don Marcial Recto?”
“¡¡Sí, coño, lo soy, joder,
soy Recto pero para dirigirse a mí hay que ponerse firme!!”
Euno se cuadró aunque no daba
muy bien el tipo pues nació con un hombro más caído que el otro y entonces
cuando se ponía tan marcial le quedaba el tipo de un espantapajaros.
“Don Marcial, yo ez que llevo
mucho tiempo buzcando lo patriótico, zoy muy de Blaz Piñar y zin conocerla añoro
la Fuerza Nueva. Defiendo Ezpaña que E-una, guiño a su nombre, Ez grande y ez
libre”.
Marcial Recto, escuchó con
profunda emoción apenas incontenida el circunloquio que Euno pronunció firme a
su manera y le dijo que pronto llegaría al pueblo un amigo suyo dirigente de un
partido nuevo y muy patriota que piensa lo que pensamos la gran mayoría de los
españoles porque los demás no importan...Te conmino a acompañarme para que
pueda presentarlo y como sé que tu padre tiene posibles podría ayudar a la
causa y como premio te haríamos aquí candidato a la alcaldía…
Euno, se emocionó, pero no
lloró porque eso no es cosa de hombres, hombres…
Tres días después en el
antiguo cine Palomar que ya se usaba solo para este fin se había preparado una
presentación en sociedad de un nuevo partido llamado Voz, vinieron varios
vecinos de los pueblos de alrededores ya que el nombre sonaba a algo “llamativo”
y cuando se dieron cuenta que era una charleta política ya no había remedio, ya
estaban sentados y con una banderita en la mano.
Sebastián Pernachos,
coordinador provincial no tendría menos de los 64 pero parecía una chaval pues
olía a Álvarez Gómez.
El orden de intervinientes era
el siguiente: Marcial Recto, organizador de este multitudinario acto de 12
personas, Euno, líder local y candidato a la alcaldía si su padre Paciente se
estira y Sebastián Pernachos que sonreía a todos, saludaba a todos y cogía de
cuando en vez los canapiés patrióticos de jamon del bueno que había pagado Euno
con sus ahorrillos.
Nuestro Euno, más nervioso que
nunca, tuvo que tomar el agua del jarrón de las plantas pues tanto Pernachos
como Marcial no dejaban que se acercara al vinito.
“Ezpañoles y Ezpañolas”,
empezó a gritar Euno que fue corregido por Pernachos cuando le dijo en voz
alto: ¡Por favor Euno, solo españoles, cojones!…
“Hoy ez un día para la
historia de Alcahuete del Morrillo, pueblo en el que veraneaba Paciente desde
niño y que era querido y respetado por igual. Hoy eztoy emocionado,
patrióticamente hablando, porque un reprezentante de la derecha de verdad noz
ha vizitado para decirnos a quienez debemoz votar…
Por mi parte oz diré que ez un
honor el haber zido elegido democráticamente líder de la derecha recia y
candidato a la alcaldía de ezte preciozo pueblo al que me comprometo a zervir
desde ya puez todoz zabemoz que el bueno de Tío Eufrazio, que lleva máz de 30
añoz en el poder, debe dejar ya el baztón a laz nuevaz generacionez que entren
con Fueza máz Nueva…
Antez de dejar la palabra a
Marcial Recto, decir que me comprometo a trabajar de día y noche por los
Alcahuetinoz y por zuz problemaz, yo zoy Euno y como yo no hay otro y dezde
ahora me comprometo a luchar por los zeis vecinos rezidentes azí comoz loz que
vivimoz de viernez a lunez amboz incluzibes…
Ahora dejo la voz a loz que
zon Voz…
Cierta perplejidad entre los
asistentes que quedó reducido a la nada pues Pernachos se sacó un aipad de esos
y sonó el himno…
Por supuesto que no hay que
decir que Euno no representó ni a uno ni otro pues el ansiado cheque de Don
Paciente nunca llegó pues con este esperpento había perdido la paciencia…
Su cuarto hijo, era un poco
como él, estudió derecho y se especializó en finanzas, entró a trabajar en el
despacho de su padre, del que al tiempo fue socio, se casó con María y tienen
tres chiquillos. Este hijo, que es un calco de su padre, también se llama
Paciente y además hace honor al mismo…
Mientras todo esto acontece
Euno sigue buscando “Fuerzas Nuevas” porque cree a pies juntillas en la parusía
de Blas Piñar, Juanete no vende una casa ni por “milagro” y la neutre se sigue
rascande el coñe…
Jesús Rodríguez Arias
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