sábado, 28 de julio de 2018

ARDILLONA Y LA BODA DE SU HIJA ARDI...




He llamado a la famosa modista Felina Salvo para que me dé los últimos retoques al ceñido vestido que oculte mis abultadas protuberancias de ardilla vieja y depauperada…

¡Qué ilusión tengo con la boda de mi hija Ardi con Oso Hormiguero! Por lo menos ella se casa con el primer ser que ha penetrado en su corazón aunque eso no lo sé pues con lo recatada que es me hace suponer que todavía es mocita pues su pretendiente que se dedica al negocio de la “cultura de género”, los antes llamados puticlú, y a lo mejor hace allí sus “practicas”.

Sé que Ardillón ha desistido de su platónico amor con la niña del suegro querido y se le ha visto paseando con Doña Nutria Cuatropelos, marquesa del Cañaveral Alto. Él siempre fue muy augusto y le va la alta alcurnia aunque conmigo tuvo bajo camastro.

El otro día se encontró conmigo mientras iba del brazo de Doña Nutria y al saludarlo lo más amablemente que pude, por eso de ir haciendo las paces antes del casorio de Ardi, me inclinó la cabeza, no sé si por el peso de los cuernos, y le dijo a su prometida: Es mi ex, la utona… Cuatropelos me puso cara de asquito y se sonó los mocos.

Ya sé que Ardillón tiene pareja para ir a la boda y que la señora marquesas le ha regalado a la parejita un viaje por el Lago del Pototo en plena Antártida donde le ha alquilado la suite “iglús” con servicio aparte incluido.

Yo, que después de mi fracasado viaje en busca de mi amore, me he quedado pelada de dinero aunque confío que mi acompañante, suegro querido del ex de Ardi y Sheriff con mando en plaza aligere el bolsillo y le haga un regalo de los buenos a la que será “su” niña Ardi y de paso me regale el vestido de noche y día salido de la aguja y el dedal de Felina.

Mis hijos Ardillete y Ardigitón han compuesto para la fiesta un jirjol muy rumbón que dice así, en primicia lo digo y por favor que nadie diga que lo sabe pues no confiarían nunca más en su mare…

Ardi y Oso se casan

y por la piedra pasan

retozan, se aman,

se maman, se jaman

y con la family no pasa nada

que aventura más angustiada

no sé como se aguantan

Doña Nutria a padre amamanta,

Ardillón a la vieja la agunta

el último puticlú dicen ha salido rana

pues las susodichas tenían canas

la policía ha cerrado la ventana

y la familia de oso esperan demanda

Ardi, no te metas donde no te llaman

que son capaces atarte a la cama

pero si nuestro disco pagan

nos callamos y llenamos la panza

pues la family de Oso es pana

plata, oro, en abundancia


Jirjol, jirjol, Ayyyyyy rumba pa tós…


El policia ya no es policia

es Sherif y nadie le porfía

con sombrero y sonrisa

nunca saca la pistolita

Ardillona está que trina

el viaje casi le arruina

no ha podido yacer con su policía

pues lo ha encontrado mayor y con barriguita

pero hecho un señor de toda la vida

con sombrero de cánamo y plaquita.

Y ella está colá de enamoraita

y quiere que sea su amor para toa la vía

le gusta todo hasta su guita

pues siendo Sherif tendrá su paguita.

Jirjol, jirjol, Ayyyyy rumba pa tós…

Ardi, Ardi, Ardi, se feliz ardillita

que tu ex, el que te pretendía

dice que no quiere seguir con su vía

ahora maldice a los animalistas

y ha cogido una pistola de mentirijilla

para tirar corcho a las esquinas

para ver si le da a alguna ardilla

Ardi, Ardi, Ardi, dulce hermanita

sé muy feliz con este oso que tiene guita

y puede pagarnos el disco de nuestras vidas

jirjol y rumba que el hipo hasta quita.


Jirjol, jirjo, Ayyyy rumba pa tós…

¿No me digáis que mis hijos no cantan bien? ¡Qué orgullosa estoy de mis modernos churumbeles!

Mi prima soriana Ardisolysombra ha confirmado su asistencia y la de sus 158 vástagos. Asistirá con ellos ese chico tan mono y educado que les da de comer y le recita versos atrasados. Manel se llama y es la envidia porque es galán y educado además de no probar bocado.

Ardillesco ha confirmado su asistencia con su prometida Encarna, ella no lo sabe aunque veréis que sorpresa más grande se va a llevar. Le ha mandado una carta de una marca de café en la que la invitan a un viaje con todo pagado. Cuando ella desembarque la esperará rodilla en tierra con un ramo de hinojos…

Ardicandidez, que es lo mejor porque es buena y pía porque tiene un trastorno de personalidad que le hace ser pollita aunque todavía no es clueca, va a ir con su amiga del alma Gema. Le ha comprado para la ocasión una cajita de bombones de algas de la ciénaga de don Lombrices que dicen que es lo más “in” dicado para la suelta de vientre. Lo que pasa es que mi hija Ardicandidez está a régimen, tiene una dietista muy buena que se llama Doctora Repelente que es agria de carácter y soberbia de cojones. Le ha dicho que tiene que comer esos bombones entre horas y para la cena unas hojitas de alcanfor sin nada de nada.

Dice que ya le cabe el brazo pero no la falda. Está contenta porque va con ella su Gema de su alma…

¡Qué bonito ver a la familia junta y felices!

Y yo, Ardillona quiero ir con mi amore, mi Sherif, el del sombrero de cáñamo, pantalones avaquerados, placa en el pecho y pistola, ya no es pistolón, a un lado. Seguro que me paga el vestido, hace a mi Ardi un buen regalo, me pasa un sueldecito mientras me lo rasco lo que el se llevó cuando éramos jóvenes yo una mocita y él con autoridad, desvirgó mi inocencia siendo policía montada del Canadá…

Le he mandado una carta de pelo y uña junto a todas, toditas las facturas…

¡Qué ganas que se case mi Ardi, nuestra Ardi mocetón, que aunque con bastante más años te conservas como un chicharrón!

Ya ni me acuerdo de borriquete…

Jesús Rodríguez Arias






viernes, 13 de julio de 2018

ARDILLONA Y SU ATRIBULADO VIAJE...





¡He llegado a casa to magullá! ¡Viajé en balde!

Este pasado finde he estado allá por la montaña buscando al amor de mi vida que era ese policía que me desvirgara siendo yo mocita. ¡No he dado con él!

Llegué el viernes toda estrosá del viaje en la baca de un tractor. Me dolía tó, los riñones no los sentía, mis delicadas piernas ni podía moverlas, hasta las paletas se me movían que me hacían hasta vieja.

El conductor me cogió por el cuello y me soltó cerca de una curva. Menos mal que iba agarrada a mi pequeña maleta donde llevaba dos trajes de noche, ninguna muda y dos picardillas.

¡Qué caloooooo!

El alquitrán de la carretera quemaba mis lindos pelos, tenía sed, me moría por fuera, por dentro, y en el único paraje con follaje me adentré con alguna que otra esperanza de encontrar a mi amore…

Ví un recinto totalmente cuidado con un fresco césped, sombrillas y una piscina deliciosa. A esa hora había muy poca gente porque hay que decir que era la hora de más calor, en el cercano bar se escuchaba alguna que otra vez tomando una cerveza.

¡Quegustomásgrandeeeee!

Me senté en la sombrita, saqué de mi maleta unas sabrosas bellotas, y me dispuse a esperar a mi policía que me montó allá en el Canadá pues me dije que seguro iría allí a lucir palmito…

De pronto, tras comprobar que nadie ya había, me acerqué a la piscina que se veía fresquita, azul, limpia, me lancé a los Raquel Güillians esa…

¡Ohhhhhhh! ¡Que buena estaaaaaá!

Si os digo ya ni me importaba el policía montada del Canadá, me sentía una reina en su palacio…

De pronto cuando cerré mis lindos ojillos porque había conseguido el karma necesario sentí un palazo en tó mi cuerpo que casi me hunde. ¡¡Una rata, una rata!! Gritaba desconsolada una niña a su madre mientras el socorrista me intentaba ajogar.

¿Una rata yooooo? ¡No, hija, soy ARDILLONA!

Y salí como buenamente pude para traspasar los setos con más pelos que vergüenza.

Eran las cinco de la tarde, caía un lorenzo que quemaban mi pies de forma dolorosa. Transitaba por las calles casi asfixiá, quería preguntar a algún lugareño donde podría encontrar posada, para esperar tranquila a mi amor, para descansar en mi morada…

Una señora se asomó, me vio, cogió una escoba y empezó a vapulearme toda al grito de ¡¡rata asquerosa!!

Me pude escapar como pude mientras le gritaba que no era rata, que era Ardillona, que buscaba a su policía montada del Canadá y que lo demás me sobra…

Al final llegué al resort que había alquilado al Sr. Buitre Leonado. La verdad es que la buitrera n.º 2 tenía magníficas vistas y podías tocar hasta el cielo. Dormí a pierna suelta toda la noche porque entre escobazos y la baca del tractor estaba estrosaita.

Al mediodía del sábado me desperté muy ufana, me puse de pie y me dolieron todos los pocos pelos que todavía adornan tan bello cuerpo. Hacía un calor insoportable. Cuanto de menos echaba el lago de las nutrias…

Me asomé a la puerta de mi apartamento leonado y agudicé la vista: Lejos pero más cerca de que le he tenido desde que me abandonara allá por el Canadá estaba mi policía. ¡Qué donosura! ¡Qué fineza!

Llevaba sombrero de cáñamo, no de fieltro, polito de verano, no casaca de medio cuerpo, unos pantalones de los llamados vaqueros a media rodilla, no los bombachos, y en vez de botas altas unas babuchas de esparto.

La verdad es que no era el mismo mocetón que me quitara la mocedad…

Ya se veía que había cumplido años, que estaba algo más rechoncho, pero mantenía esa hidalguía para tocarse los rizos que apenas ocultaba bajo el veraniego sombrero de Cáñamo.

Con la ilusión me tropecé y rodé por toda la montaña. Quise verlo, tocarle, besarlo, enamorarlo como lo enamorara cuando en vez Ardillona era ardillita moza y guapa. Cuando estaba en el suelo, mientras un perro me olisqueaba y se meaba encima mía, escuché que le llamaban Sheriff y ahora lo tuve claro: Había ascendido y ahora, que ya está más depauperado, imparte la ley con sonrisas y gorrazos.

Fui auxiliado por el buitre leonado que me alquiló el resort y mientras me llevaba con urgencia al Doctor Salamandra me decía que no me iba a devolver nada de lo estipulado en el alquiler pues esta caída era cosa mía…

El Doctor Salamandra me trató con frialdad mientras me miraba con ojos saltones. Me puso un emplaste de larvas de moscas verdes de Persia que me costaron todos mis ahorros y me pusieron de patita en la calle.

He tardado una semana en volver a casa: Estoy estrosá y no es por Borriquete, estoy estrosá y arruiná para que no me haya traído ná de ná…

Ahora estoy en casa, con la pata subida, y magullada, también herida y no por el ardillazo sino porque no he hablado con mi policía, que ya sé que es Sheriff, y prometo intentarlo otro día…

Hoy he recibido una llamada de mi hija Ardi. ¡¡Se casa con Oso Hormiguero!! Y que quiere invitar a Gema, íntima amiga de su hermana Ardicandidez, quiere invitar a Encarna, la enamorada de su hermano Ardillesco, quiere invitar a sus primas sorianas para que también venga Manel, quiere invitar a la mujer que ama con pasión su querido padre Don Ardillón, quiere invitar al policía del Canadá pues sabe que lo quiero una jartá pero no quiere invitar a su ex-pretendiente porque oso es muy celoso y el primero le da un tembleque que llora como un mozo.

¿Qué queréis? Me he ilusionado…

Ya me veo del brazo de mi Sherifff, con su pantalones vaqueros, su sombrero de cáñamo y la placa en el pecho y la pistola a un lado…

Jesús Rodríguez Arias