sábado, 2 de noviembre de 2019

ROMÁN TOPOLINO







Román Topolino de siempre fue muy “suyo” de ideas y claro con estas credenciales poco o nada se podía esperar. Su padre D. León, que regentaba el bar de la plaza junto al ayuntamiento, siempre decía: ¡Este niño no vale para ná! Y se quedaba tan pancho mientras el pobre Topolino se tomaba un Eco mientras pensaba en Micky Mouse y eso que ya tenía los 15 cumplidos.

A sus 17 años Román todavía era virgen por delante y por detrás y solo se había dado un piquito con la estatua de bronce de la Señorita Rosaura que de siempre la veía abriendo su pamela. La Señorita Rosaura dicen fue la hija del gran ponderado del lugar que cuando se casó con el ilustre músico Sir Jorgel le dedicó este bello recuerdo en los jardines de su hacendada hacienda.

Pero llegaría la mayoría de edad legal de nuestro Román Topolino y su padre que estaba de él hasta ahí lo mando a Ibiza para que conociera a su tía Rika, así se llamaba, que regentaba un local de copas en medio de la playa más naturista en 500 metros a la redonda.

Don León rugió de alegría mientras su amada esposa Rufa consumaba un extraordinario consomé…

Cuando nuestro Román llegó al recinto de su tía Rika lo recibió con un pañuelo en la cabeza y completamente en cueros pues una playa naturista significaba que había que ir desnudo sí o sí.

Ella lo acompañó adentro y le dijo que este era un restaurante vegano, que no se comía carne ni asimilados, que tenía fama por lo in que era, y que desde la jefa, que era ella, hasta el último mono en llegar, que era él, tenía que ir en pelota picada. Él se sonrojó, no por ver a su tía de semejante guisa, ni las camareras que eran más de todo que la estatua de la señorita Rosaura y ellos que lo único que llevaba un mandil a la altura de medio huevo para que no quemarse cuando llevaran un plato caliente de caldo de maría, que allí se hacía la mar de bien.

Le dieron su mandil, había tres medidas, huevillos, huevetes, huevos y claro a nuestro Román le daba mucho apuro el coger el que le correspondía porque enseguida iban a darse cuenta de su anormalidad….

Su tía Rika llamó a Güilfredo, un mulato de Sebastopol que vivía desde niño en Ibiza para que lo acompañara a escoger su “uniforme”…

Güilfredo le dijo en plan amable: “Román, aquí hay tre a egcogé”: El mandil de loh que no tienen cachimba, loh que tienen pero no mucha y loh que, como yo, ehtamo proporcionado con el tamaño del pie·.

“Lo mejog eh que te bajeg too y te mido pero a güela pluma creo que será del sing nabog”.

Román hizo lo que le pidió y la cara de Güilfredo fue de asombro bestial pues era tanta la catadura de los miembros que tuvieron que acoplar otro mandil al más grande para que no fuera desnudo del todo.

“Es que salgo al sátiro de mi abuelo” le dijo por bajini…

Román se hizo muy popular y de tarde, cuando salía de trabajar, le gustaba caminar por el sistema dunar en bolas aunque la arena ardiendo llegara a achicarrarle la punta del calamar…

Allí conoció a Myrella, una joven pijaprogre de Madrid de padres reseparados que vive en un piso en la Moraleja con su compañero sentimental aunque los dos practican el poliamor. Son personas de mentes y cuerpos abiertos a todos todas y todes. Su pareja se llama Rubén y es miembro del equipo de confianza del presidente Sánchez con el que viaja en el Falcón cada dos por tres.

Con Myrella nuestro Román perdió la virginidad y él que era vegano de toda la vida amén de naturista le gustaba más que nada comer vulva en las atardecidas.

Román también se inició en eso del poliamor pero fue un poco más cuando también probó el pansexualismo, es decir, le valía lo mismo un mollete, un cundi o un manolete…

Con cierto dolor intrínseco su particular ojo ciego vio la luz cuando Güilfredo le metió todo su ser mientras ululaba un cántico de su tierra que él no llegó a descifrar: “Traka, traka, empotraka, empotraka”…

Hay que reconocer que Rika supo de esos amoríos por la forma tan particular de caminar que tenía su sobrino y también porque su Güilfredo no remataba cuando estaban yaciendo, que es lo mismo que jodiendo, pues ya no echaba los 12 kikis diarios sino tan solo 10 y medio…

Rika, como vieja coliflor, se puso celosa y un día cogió a su sobrino con la tal Myrella que hacían su particular salto de pértiga y le dijo que desde ese día su labor en el chiringuito había pasado. Cobró sus estipendios en moneda vegana y se predispuso a irse a los madriles para conocer a Rubén y compartir veganismo de todo menester.

Myrella lo acomodó en un chalecito en la zona de Galapagar y allí se veían los tres para hacer lo que en verdad le gustaban: ¡Jugar al monopoly!

Rubén lo afilió al otro día en su partido y lo presentó a Ábalos para que lo integrara en algún ministerio pues debía trabajar para pagar casa, habitación y fornicaciones varias….

Subsecretario de Estado para el Espacio Naturista fue el cargo elegido con unos estipendios superiores anualmente a los 125.000 euros con coche, ecológico, oficial, chófer y sastre a medida ya que en el gobierno, en los lugares públicos, no se podía hacer naturismo como él estaba acostumbrado.

Román, que ya era ambidiestro en lo sexual, era muy esperado en todos los saraos y desde que conociera a Rubén los dos junto a Myrella les gustaba varias noches a la semana tomar una hamburguesa en Chueca donde al final, entre risas y guiños varios, terminaban con un mojito.

Allí en ese bareto de alto “estandin” conoció a uno de sus jefes, un hombre muy locuaz, que lo saludó espetándole un sonoro beso en la mejilla. Desde entonces se hicieron grandes amigos y no era raro ver almorzar juntos a Román Topolino y Fernando Grande-Marlaska.

El viernes 18 de octubre no viajó junto a Pedro a Bruselas porque tenía que terminar el apartado sobre naturismo vegano que iría en el programa electoral que presentaría el presidente.

#ahoratodosnabos era el apartado que Román estaba desarrollando con tanto ahínco y aunque decía que a todos que la hamburguesa que se tomaba de cuando en vez en Chueca era de tofu en verdad era de retinto pero quién se iba a creer lo contrario siendo él del gobierno de Sánchez que es mil por cien fiabilidad.

Ese viernes había huelga general en Cataluña y los inocentes CDR se defendían como podían del estado opresor que simbolizaba la policía. Román desde que entrara en el gobierno había sintonizado mucho con Torra al cual incluso le tenía en alta consideración y ya habían quedado en visitar las playas catalanas en plan naturista.

Por la noche ardía como la noche de San Juan, que aunque él era ateo y laicista, así se llamaba esa noche y él junto a otro amigo de su gabinete se fueron a Chueca a tomar su hamburguesa vegana y mira por donde se encontró con Fernando que había salido a despejarse porque ya estaba aburrido de recibir críticas de los intolerantes que no aguantaban la moderada ponderación que había impuesto el jefe desde Bruselas. Que hay heridos en la Policía, que está abandonada, que los catalanes normales y corrientes que son españoles están siendo perseguidos, insultados, agredidos, pues que se jodan ellos también porque la moderación es la moderación.

Qué bien le sentó esa noche la hamburguesa de retinto camuflada como tofu, que buena conversación, que de planes hicieron para ir a las playas de Cádiz para hacer naturismo, eso es verdaderamente importante y no lo de Cataluña, y entre conversación y conversación brindaron todos con un mojito…

Román a Fernando: “Siento que te tengas que ir a seguir trabajando porestepaís que es tan desagradecido. España tiene  que ser federal para dejar de ser España. Menos mal que el presi lo tiene bien claro”…

Fernando le contestó: Sí, mi admirado Topolino, voy al ministerio a seguir trabajando por esta España tan poco agradecida y siempre despechada por los, las, les, queremos bien como somos los socialistas de Pedro Sánchez y de ZP también porque los demás son unos fachas asquerosos y a mí, que soy Grande y Marlaska, no me caen nada bien…

Se notaba que estaba achispado con tanto mojito…

Y entonces nuestro Román Topolino se montó en el coche oficial y ecológico para volver a casa y pensó que seguro que en el próximo gobierno Pedro lo hace ministro de playas y jardines con más sueldo y menos trabajo, pensó en el retrógrado de su padre Román que se había afiliado a Vox porque decía que era autónomo, padre de familia, hombre sencillo, que amaba España y quería lo mejor para su casa y para todos… ¡Qué mamarracho! Hay que trabajar por la globalización, el cambio climático y la igualdad de género menos los fachas que  no son ni género ni nada de nade…

Es evolucionar, pensó, porque él había evolucionado siempre a mejor ya que del veganismo naturista ha pasado al socialismo sanchista…

Y #ahoratodoscomemosnabo…

Jesús Rodríguez Arias