Hace justamente una semana que el verano se ha instalado en el calendario y ya hace justicia pues un calor sofocante provoca que hasta los viandantes se acerquen a las plazas públicas para refrescarse. Aunque digo yo que para eso hay que servir porque reconozco que a las personas de mi entorno nunca las he visto de esa guisa, pero comprendo que todos no son capaces de caer en la tentación de remojarse y refrescarse cuando caminan a pleno sol en medio del asfalto que son nuestras calles.
Cómo ya estamos en verano y parece que en estas fechas todo se adormece, incluso nuestras propias conciencias, pues todas las semanas escribiré un artículo abriendo literalmente mi ventana dedicada a los protagonistas del momento: ¡Los ropasueltas!
Hoy, a modo de preámbulo, daré unas cuantas pinceladas aunque a partir del próximo artículo iré detallando, según mi modo de ver y entender, las características más concretas de esta tribu o segmento minoritario de la sociedad que en estos momentos gobiernan desde muchas instituciones para toda la generalidad.
Ser "ropasuelta" es una condición y tiene necesariamente que servir uno para serlo pues como la gran mentira que es en sí su populista forma de ver la vida no se admiten mentirosos a la causa aunque algunas veces le vengan bien que algunos "pijos-progres" los apoyen o quieran hacerse fotos con ellos aunque después cojan su coche de alta gama para ir a comer a la hacienda de "mamá".
Si en algo son coincidentes los "ropasueltas" con los "pijo-progres" es que la inmensa mayoría no ha pegado un palo al agua.
El "ropasuelta" podemos decir que es el antisistema porque no creen en ninguno menos en el que ellos quieren imponer.
No tienen apego a nada ni a nadie pues todos pueden ser sustituidos en el momento oportuno según vayan cambiando de paso en la infinidad de caminos que transitan.
Son de extrema izquierda, son ateos de religión y laicistas de creencias, son abstractos en sus opiniones pues nunca quieren decir a ciencia cierta lo que piensan hacer.
Son literalmente unos "engañabobos" aunque ahora por la necesidad extrema que existe en España no puedo decir que todos sean bobos sino desesperados. Los "ropasueltas" juegan para sacar provecho propio con la desesperación de los demás.
Son "activistas" en mil causas solidarias aunque pocos se han levantado cuando ni siquiera ha amanecido para trabajar. En mi tierra se atiende por flojos y caraduras.
Luego existen unos condicionantes "estéticos" que los cumplen a pie juntillas.
Camisa blanca arrugada por fuera y que lleve unos días sin lavar. Eso da una firmeza natural, con lo ecologistas que son, y así se ahorra agua que está muy "escasa".
Asisten a los actos civiles, la Iglesia no quieren ni pisarla, saltándose todo protocolo con camisetas sudadas, pantalones arrugados sean vaqueros o no, chanclas de playa, zapatos de deporte los cuales deben llevar los cordones sueltos.
Las mujeres no deben ir depiladas en las zonas visibles como son la "sobaquera" porque es más natural y menos de rico. Por supuesto el desodorante no existe pues contamina al igual que los geles de baño, jabones.
A la hora de gastar agua se lo piensan, ya sea en higiene personal u otros, porque ellos prefieren regar las plantas y otras "hierbas".
En fin, nos queda un verano muy sustancioso para conocer paso a paso a estos "ropasueltas" que muchos llevan un bastón de mando aunque todos nos desgobiernan.
Además son republicanos de la tricolor y abominan de todo lo que sea España, de lo patriótico, de nuestra bandera, de nuestros símbolos pues son ciudadanos de un mundo que tienen como máximo referente a... la Venezuela del Maduro y del "pajarico" de Chávez.
Feliz domingo si los "ropasueltas" nos dejan.
Jesús Rodríguez Arias